El 6 de octubre, AM Invest Co., el consorcio que ganó el concurso por la compra de la siderúrgica Italiana ILVA, hizo oficial la hoja de ruta para traspasar la empresa desde el estado italiano a sus manos. El plan incluye malas noticias para los más de 14000 trabajadores de la empresa, con 4000 despidos encima de la mesa y una modificación importante de las condiciones laborales para los restantes.
«…no habrá continuidad con respecto a la relación de trabajo de los empleados con las empresas, incluso en lo que respecta a las condiciones económicas y la antiguedad», dice el documento presentado por ArcelorMittal. ILVA mantiene centros de trabajo por toda Italia, pero el más afectado será la gran acería de Tarento, con 3600 despidos. El resto de empleados de la compañía verán recortado su salario un 20% y perderán la antiguedad y los derechos adquiridos.
Los sindicatos metalúrgicos han mostrado su indignación y han anunciado movilizaciones y su intención de no dar el brazo a torcer. Exigen volver a revisar el acuerdo de adjudicación de ILVA a AM Invest Co. Petición a la que quieren que se incorpore el Gobierno Italiano a través de la entrada en escena de la Casa de Depositos y Préstamos, un banco controlado al 83% por el Estado Italiano. Con esta alternativa, los sindicatos buscan contrapesar el poder de los inversores privados en la operación y salvaguardar el interés público.
El pasado lunes se realizó una huelga de 24 horas en la empresa, con seguimiento masivo. Y se ha puesto en marcha un plan de paros y movilizaciones, con el objetivo de ejercer presión e incorporar a la lucha a otros sectores sociales.
Antonio Taló, Secretario General de la UILM se expresaba en estos términos: «Ya hemos cedido en términos de salud, hemos cedido en términos de medio ambiente, hemos cedido en términos de salarios, hemos cedido en términos de empleo, el gobierno y AM Invest Co. saben que no estamos en disposición de dar un paso más atrás».
Sus palabras parecen confirmar las dudas existentes en torno a la estrategia de apaciguamiento de los inversores, que promueven ciertos sectores sindicales en Europa, como forma de asegurar la continuidad de la actividad. A pesar de todas las concesiones, los barones del acero indoeuropeos siempre quieren más.
Dado el volumen de afectados y la estrategia de integración continental de la producción que está impulsando el Plan Action 2020 de Arcelor Mittal, la rebaja salarial en Italia puede tener efectos negativos en los salarios en otras plantas de Europa.
El sector del acero está sumido en una grave crisis de sobreproducción y sobrecapacidad mundial. La producción de acero bruto a nivel mundial pasó de 715,6 millones de toneladas (T) en 1980 a 1.547 millones de T en 2011 y hasta llegar a las 1.662 millones de T en 2014, espoleada por la competencia entre capitalistas por hacerse con el mercado. Mientras tanto, la demanda de productos siderúrgicos se ha reducido un 27% desde el 2007, fruto de la crisis.
La respuesta de los grandes grupos siderúrgicos Indoeuropeos, como ArcelorMittal o Tata, para mantener sus beneficios, ha sido el recrudecimiento de la competencia entre ellos, la exigencia de un mayor proteccionismo frente a la producción china, y el ajuste estructural en términos de coste y producción. Esta guerra entre capitalistas, como han podido comprobar en ILVA, la pagan los trabajadores.
[…] la competitividad se ha llegado a plantear también entre las plantillas de la propia empresa. La entrada en juego de la factoría de Tarento, ha sido recibida con preocupación por los trabajadores, pues esta planta por si sola es capaz de […]