28 horas: ¿La fiebre social alemana es contagiosa?

Los trabajadores metalúrgicos alemanes han protagonizado una semana de intensa lucha culminada el 3 de febrero por un acuerdo social que tendrá repercusiones para toda Europa. Repaso a una semana de acción en la que la patronal temía "banderas rojas en las fábricas".

Esta semana de lucha es la culminación de un proceso iniciado en enero de 2017, que comenzó con una gran encuesta a más de 680,000 trabajadores del metal (repaso a las etapas del movimiento aquí ). Al final, han conseguido un aumento salarial -desde el 1 de abril- del 4.3%, bonificaciones salariales adicionales significativas a partir de enero de 2019, la posibilidad de transformar una parte de ellas en días de descanso adicionales y el derecho a cambiar a la semana laboral de 28 horas durante dos años de su carrera.

El derecho a disfrutar del crecimiento

Después de la amplia encuesta realizada en enero de 2017, el sindicato IG Metall (que representa a casi 4 millones de trabajadores) decide realizar dos reivindicaciones principales para la celebración de la nueva ronda de negociación colectiva (CCT: Acuerdo colectivo de trabajo, que establece los salarios y las condiciones colectivamente, en una empresa o en un sector económico) de este sector a principios de 2018: el derecho a una semana de 28 horas durante dos años de carrera, así como un aumento salarial del 6%.

El sindicato argumentó sus demandas en base a los resultados de la encuesta y sobre la base de las cifras de aumento de la producción, la productividad y las ganancias corporativas. La economía alemana está creciendo. Pero beneficia especialmente a una pequeña minoría. Los multimillonarios alemanes son cada vez más ricos y numerosos. Las empresas alemanas están nadando en dinero. Al igual que Daimler Group (Mercedes), que registró una facturación y un resultado neto récord el 1 de febrero1.  A los accionistas se les prometieron dividendos de hasta € 4 mil millones. Pero los trabajadores metalúrgicos alemanes, porque son los trabajadores los que siempre producen más riqueza, tienen el derecho a disfrutar de este crecimiento en forma de aumento salarial o reducción del tiempo de trabajo.

28 horas: reapertura del debate sobre la reducción del tiempo de trabajo

A los trabajadores alemanes se les concedió el derecho de reducir sus horas de trabajo de 35 horas a 28 horas durante un período de dos años. Los empleadores alemanes no querían saber nada al respecto y tuvieron que ceder parte del terreno. Solo en parte, porque este avance en derechos se ve moderado por el hecho de que no hay previstas contrataciones compensatorias y ninguna compensación salarial. Respecto a la contratación, la patronal ha obtenido como compensación la posibilidad de que el número de trabajadores que puedan firmar contratos de 40 horas a la semana aumente de forma proporcional al número de trabajadores que se acogen a las 28 horas. (ver sección: «¿Qué es lo que han obtenido los metalúrgicos?»).

Nancy Gottschling, diseñadora industrial. "Mis hijos tienen 13 y 3 años. Me gustaría trabajar menos para pasar más tiempo con ellos. Pero sin compensación salarial, es imposible. (Foto IG Metall)
Nancy Gottschling, diseñadora industrial. «Mis hijos tienen 13 y 3 años. Me gustaría trabajar menos para pasar más tiempo con ellos. Pero sin compensación salarial, es imposible. (Foto IG Metall)

Tampoco hay compensación salarial por la reducción de jornada. Lo que disminuye el alcance del resultado. Como explica Nancy Gottschling, diseñadora industrial: «Mis hijos tienen 13 y 3 años. Me gustaría trabajar menos para pasar más tiempo con ellos. Pero sin compensación salarial, es imposible”. Los empresarios amenazaron con llevar a los tribunales de justicia la reivindicación de compensación salarial por considerar que discriminaba a los trabajadores a tiempo parcial. Pero fue bajo la presión de esta demanda de compensación salarial que los trabajadores del metal han podido arrancar a la patronal mejores aumentos salariales globales.

Si se juzga solo por el resultado inmediato, se podría pensar que el avance es pequeño. Sin embargo, la lucha de los trabajadores metalúrgicos alemanes ha reabierto el debate sobre la reducción del tiempo de trabajo.

Al finalizar las huelgas de advertencia de 24 horas, el líder sindical de Ver.di (el otro gran sindicato del país), un sindicato del sector de los servicios que representa a dos millones de trabajadores, dijo que apoyaba las reivindicaciones de IG Metall. Sabía que las victorias de los trabajadores del acero tendrían repercusiones en los otros sectores. El Copresidente de Die Linke (Partido de la Izquierda Alemana) declaró el 6 de febrero que sería necesaria una nueva ofensiva sobre la jornada laboral.

Solidaridad del mundo académico

Durante la lucha, el mundo académico también se ha movilizado para apoyar la reivindicación de la semana de 28 horas. Más de 60 profesores universitarios hicieron un llamamiento a apoyar a los trabajadores metalúrgicos alemanes y para responder al argumentario de la patronal contra la reducción de las horas de trabajo.2

Según los empresarios, la semana de 28 horas iba a generar una escasez de mano de obra. El paro en Alemania está por debajo del 3%. A lo que el llamamiento de los académicos replica que si hay 2.5 millones de personas desempleadas en Alemania, esta cifra debería duplicarse si tenemos en cuenta a los trabajadores que no tienen acceso a trabajo a tiempo completo y que están bajo contratos precarios (interinos, mini-jobs …). Además, en 2017, se trabajaron 1900 millones de horas extraordinarias, de las cuales 900 millones no fueron pagadas. Los autores del llamamiento también han explicado que, con la aceleración de la digitalización y la productividad, es previsible una nueva oleada de despidos masivos. Por lo tanto, es necesario reducir el tiempo de trabajo global y permanente para repartir el trabajo disponible en la sociedad.

Las organizaciones patronales apelaron a la posición competitiva de las empresas alemanas. Respuesta de los 60 profesores firmantes: las empresas alemanas están sentadas sobre montañas de dinero. Entre 1991 y 2012, generaron un superávit estimado en 15 mil millones de dólares en ganancias adicionales gracias a la presión sobre los salarios alemanes. Y este excedente no se ha traducido en más inversión, sino que se ha derivado a la especulación. Concretamente, la tasa de inversión cayó del 22% en 1980 al 17% en 2016.

La huelga de los trabajadores siderúrgicos alemanes es la de todos los trabajadores de Europa

El éxito de este movimiento de huelga en Alemania tendrá repercusiones para el equilibrio de fuerzas de todos los trabajadores en Europa. Cuanto mayor es el aumento salarial en Alemania, más difícil le resulta a los empresarios belgas u otros países europeos hablar de «desventaja salarial» o de poner nuestros salarios en competencia con los salarios alemanes. Esta victoria puede revitalizar a los sindicatos europeos en su lucha por una mejor distribución de la riqueza. Muchos sindicalistas de diferentes países europeos lo han entendido bien y han realizado visitas de solidaridad a los diversos piquetes. Al igual que la delegación del sindicato Vasas de la planta húngara en Kecskemét (ciudad al sur de Budapest) que fue a la fábrica de Mercedes-Benz en Rastatt (Alemania) para apoyar a los trabajadores. Posteriormente, la delegación acudió a la manifestación en Gaggenau donde la fábrica también estaba en huelga. Llevaban consigo una bandera con las firmas de los delegados sindicales de Vasas y una gran cantidad de «Poğaça» (galletas saladas húngaras) para dar fuerza a sus camaradas. El vicepresidente de la sección de Kecskemét del sindicato Vasas declaró: «En la segunda mitad de 2018, las negociaciones salariales también comenzarán en nuestra ciudad. Estamos luchando para dejar de ser los trabajadores más baratos de Europa.»

¿Se dieron por satisfechos demasiado pronto los líderes del sindicato?

A pesar del éxito de la movilización y los resultados logrados, muchos sindicalistas creen que el movimiento se detuvo demasiado pronto. Según ellos, la correlación de fuerzas era lo suficientemente favorable como para ir más allá en las negociaciones. Con un número tan grande (500.000 huelguistas la semana pasada) de trabajadores decididos y unificados para ir tan lejos como la victoria total de sus reivindicaciones, el sindicato contaba con la fuerza necesaria para exigir, específicamente, una compensación salarial por la reducción de la jornada y bloquear  la demanda patronal de introducir la semana laboral de 40 horas. Además, la economía está en auge, lo que aumenta el equilibrio de fuerzas a favor de los trabajadores. Se ha abierto un debate entre una serie de sindicalistas para dilucidar si los negociadores sindicales han tenido demasiado en cuenta la «posición competitiva» de las empresas alemanas. Se trata de una serie de puntos que sin duda serán debatidos como parte del balance de resultados de la movilización.

¿Qué han obtenido los trabajadores metalúrgicos alemanes?

Salario:

  • Un aumento salarial del 4.3% a partir del 1 de abril de 2018. Para el período de enero a marzo de 2018, obtienen un plus de 100 euros.
  • A partir del 1 de enero de 2019, recibirán un aumento de 400 euros en la paga de vacaciones + una bonificación anual equivalente al 27,5% de un salario mensual.

Reducción del tiempo de trabajo:

  • La bonificación anual del 27.5% de un salario mensual puede transformarse en 8 días adicionales de descanso para los empleados que trabajan en equipo o para cuidar a sus hijos o ayudar a un pariente cercano enfermo.
  • Los trabajadores podrán trabajar 28 horas a la semana durante dos años durante su carrera, pero sin compensación salarial.
  • Las empresas podrán aumentar el número de empleados que trabajan 40 horas en proporción a la cantidad de empleados que trabajan a las 28 horas. En concreto, las empresas podrán elegir entre la lógica de la cuota o tener en cuenta el tiempo total de trabajo en el centro de trabajo. Si el tiempo de trabajo semanal contractual promedio en el centro de trabajo supera las 35,9 horas o si más del 18% de los empleados trabajan más de 35 horas, el empleador debe consultar al comité de empresa sobre cómo volver a estar por debajo de estos límites. Después de un periodo de aviso, el comité de empresa puede oponerse a la realización de cualquier contrato que exceda las 35 horas. «Esto permite a los comités de empresa detener la escalada de las horas de trabajo, lo cual es un éxito importante para los empleados en momentos de presión creciente», dice Roman Zitzelsberger, director de IG Metall para la región de Baden-Württemberg.

Repaso a las fases de la movilización

  • Septiembre:se organiza el debate en la base. Las negociaciones preliminares comienzan. Ambas reivindicaciones son, desde el principio, ampliamente apoyadas por los trabajadores. Se organizan reuniones de información y debate con todos los delegados para instruirlos. A continuación, el sindicato establece acciones de sensibilización en comedores de empresas u organiza reuniones de personal para debatir las reivindicaciones.
  • Octubre: finaliza la elaboración de la lista de reivindicaciones y se prepara el plan de campaña. El distrito de Stuttgart reúne a sus delegados para acordar con precisión las demandas teniendo en cuenta las realidades de todas las empresas. Una vez que se concretan las demandas con claridad, los delegados regresan a explicarlas a los trabajadores de su compañía. Las reacciones son muy buenas. La reducción del tiempo de trabajo genera gran entusiasmo entre los trabajadores y los empleados. De hecho, el sindicato cree que es importante contar con reivindicaciones cualitativas junto con las demandas económicas.IG Metall reúne a sus activistas durante un día para preparar la campaña. Planifican jornadas de lucha durante las cuales quieren movilizar al máximo de trabajadores, configuran un canal de WhatsApp para comunicarse más rápidamente con ellos. Finalmente, quieren reclutar más afiliados para tener mayor fuerza de ataque.
  • Noviembre: la campaña de concienciación continúa y llega el momento de las primeras movilizaciones. Los miembros del sindicato se concentran frente a las empresas para tratar y discutir las reivindicaciones con los trabajadores. Ya los están preparando para posibles huelgas de advertencia que podrían tener lugar en enero. En efecto, los empresarios declaran que la reducción de la jornada laboral es inaceptable: «Es una reivindicación que proviene de otra galaxia», «no pagaremos a los trabajadores para que se crucen de brazos», lloriquean los empresarios alemanes. Los delegados saben que las negociaciones serán difíciles, por lo que redoblan sus esfuerzos porque saben que necesitarán de todo el mundo para ganar esta batalla. Se organizan numerosos mítines con miles de trabajadores en apoyo de los negociadores en todo el país.
  • Diciembre: una movilización nunca vista desde 1984. En una nueva reunión de negociación entre el sindicato y los representantes de la patronal en Baden-Württemberg, 5.000 personas se manifiestan. Una vez más, el sindicato organiza estas concentraciones en todo el país. El ambiente es eufórico. Una trabajadora dice que no ha visto nada parecido desde la lucha por la semana de 35 horas en 1984.La patronal propone un aumento del 2%. Esto es considerado una broma por los trabajadores que tienen en cuenta los beneficios del sector. Y los empresarios no quieren saber nada acerca de la semana de 28 horas. Por lo tanto, los trabajadores anuncian huelgas de advertencia en enero.
  • Enero: fin de la «paz social», 31 de diciembre3. Cientos de miles de trabajadores metalúrgicos comienzan a ausentarse durante unas pocas horas por todo el país durante tres semanas. Los trabajadores están decididos y la atmósfera es excelente. Sin embargo, los empleadores todavía se niegan a ceder terreno. Dicen, a pesar de la encuesta del sindicato, que la reivindicación de las 28 horas a la semana es solo un invento del sindicato y no es apoyado por las bases. Un delegado involucrado en las negociaciones salariales explicó en su blog: «La negociación colectiva es un conflicto y una lucha entre el Capital y el Trabajo. Habrá este conflicto de intereses mientras dure este sistema económico. Y al final, generalmente no son los mejores argumentos los que importan, sino los más fuertes los que ganan. Debemos ser consciente de ello. Siempre somos fuertes cuando estamos unidos.4Los trabajadores deciden aumentar la presión y aumentar los paros de advertencia. Hay una participación masiva de empleados de oficina junto a los obreros.
  • 26 de enero: frente a la inflexibilidad de la patronal, la presión sube un escalón. Los delegados vuelven a reunirse para discutir los siguientes pasos a dar. Una nueva negociación tiene lugar por la tarde. La dirección de la huelga ya está planeando un plan B: huelgas de advertencia de 24 horas y un referéndum para convocar una huelga ilimitada. Pero todos piensan que llegarán a un acuerdo ese día. Sin embargo, los empresarios del metal se mantienen firmes en su posición y sus propuestas son consideradas «ridículas» por los trabajadores que luchan. Por lo tanto, el sindicato decide aumentar la presión una vez más. Solo tiene cuatro días para prepararse para la primera huelga rotatoria. Se hacen muchas rondas de visita por la empresas para responder a las preguntas de los trabajadores y darles ánimo en la lucha.
  • 31 de enero: «No queremos calles llenas de banderas rojas». Este es el puntapié inicial. Delegaciones de Francia, España, Hungría y la República Checa están presentes para apoyarlos. Todas las oficinas y los talleres están vacíos, la huelga tiene un seguimiento masivamente por parte de los trabajadores. Durante varios días, 500.,000 trabajadores participaron en las huelgas de advertencia rotativas que se sucedieron hasta el sábado por la noche. Un delegado dijo: «Estoy sin palabras. Es una sensación indescriptible sentir lo que es la verdadera solidaridad y de lo que somos capaces.” Esa noche, las palabras de Rainer Dulger, de la asociación patronal Gesamtmetall, muestran que los empresarios alemanes, que hasta hace poco eran inflexibles, comienzan a flaquear: «No queremos que las empresas estén paralizadas por mucho tiempo y que las calles están llenas de banderas rojas.”5
  • Noche del 4 al 5 de febrero: conclusión del acuerdo. El sindicato afirma haber llegado a un acuerdo satisfactorio. Los empresarios finalmente acceden a sus demandas.

Notas

  1. http://trends.levif.be/economie/entreprises/2017-nouvelle-annee-de-records-pour-daimler/article-normal-793101.html
  2. http://www.fr.de/wirtschaft/forderung-ig-metall-will-die-28-stunden-woche-a-1440134
  3. Finaliza el periodo cubierto por el acuerdo anterior. En el sistema alemán de concertación, una vez que hay un acuerdo entre patronal y sindicatos, está prohibido convocar huelgas por asuntos cubiertos en acuerdo anterior y en su periodo de vigencia.
  4. http://www.bw.igm.de/news/meldung.html?id=83778
  5. http://www.handelsblatt.com/my/politik/deutschland/gesamtmetall-praesident-rainer-dulger-der-anfang-vom-ende-des-flaechentarifs/20915908.html?ticket=ST-268209-WTBpucqsRifQgdab9XtK-ap4
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