¡En qué hora fuimos a intentar cerrar la fábrica de Fuenlabrada! Esto deben repetirse decenas de veces al día los directivos de Coca-Cola Iberian Partners al ver que han dado en hueso con una plantilla que parece provenir de la Galia. En una época en la que los grandes empresarios y accionistas van ganando por goleada en este Monopoly social, hay una zona obrera inexpugnable.
Ayer hubo nuevo juicio entre la multinacional y l@s espartan@s. Sin embargo, ante el apabullante marcador a favor de la plantilla logrado en los tribunales, Coca-Cola ha preferido alcanzar un acuerdo en lo relativo a los salarios impagados (así como los complementos) desde que se decretase su readmisión. Y es que el gigante «gaseoso» lleva más de dos años incumpliendo las sentencias de la AN y el TS.
Juan Carlos Asenjo, el comandante de estos guerreros, lo explicaba así en los medios: «La empresa hizo caso omiso de la sentencia de ejecución y ha estado retribuyendo las nóminas bajo un criterio unilateral, de forma que no se pagaban las nóminas con los salarios, las retribuciones y los turnos que tenían los trabajadores cuando se planteó el ERE, a pesar de que la sentencia de readmisión así lo estipulaba.»
Con el acuerdo alcanzado hoy, los trabajadores consiguen consolidar su salario y hacer cumplir la ley a una multinacional a la que las sentencias judiciales parecen importarle bien poco y más cuando tanto el Gobierno como otras instituciones son permisivas con ello.
La batalla aun no acaba, pues el conflicto continuará hasta que se haga efectivo un Plan Industrial para la planta fuenlabreña. Y es que Coca-cola en Lucha no piensa únicamente en su pan y el de sus familias sino que luchan por la industria, por generar puestos de trabajo y progreso social a este país. Luchan por el futuro de toda la clase obrera.
Sin duda alguna, sólo la lucha paga.