La dirección de PSA Villaverde está obligando a la plantilla del turno variable a un día a día basado en la incertidumbre y la imposibilidad de conciliar la vida laboral y personal.
La empresa dirigida por el multimillonario Carlos Tavares está exprimiendo sobremanera a los trabajadores del turno eventual a sabiendas de que nuestra realidad contractual otorga una enorme capacidad de maniobra a la jefatura para explotarnos a su conveniencia. Por si no tuviéramos bastante con no saber las horas que trabajaríamos cada mes sin poder así conocer nuestro salario con antelación ni organizar mínimamente nuestro tiempo fuera del trabajo, por si no era suficiente que en el mismo día nos pidieran trabajar alguna hora más (de forma voluntaria), desde hace unas semanas nos vemos sometidos a una incertidumbre aun mayor.
Según fuentes de la empresa, debido a problemas de abastecimiento, la producción se está viendo alterada en el centro: el turno fijo de mañana prosigue su actividad sin perturbaciones -al menos en el horario- pero la plantilla del turno variable está viéndose forzada a tener que llamar cada mañana para ser informada de si ese día trabaja o no. Un mensaje de voz te indica lo que ha decidido la dirección de la empresa que hagas ese día. Nos organizan la vida en función de sus cifras e intereses.
Detrás de las máquinas, de sus números y previsiones, estamos las y los trabajadores. En el caso concreto del turno variable, unos trabajadores con un contrato por horas, con un sueldo miserable (cobramos algo menos de 7 euros netos por hora trabajada) y en unas condiciones de máxima flexibilidad horaria y máxima intensidad en los ritmos de trabajo. Nuestro horario laboral diario, nuestro salario a fin de mes, la cantidad de cansancio tras la jornada laboral…todo depende de lo que los directivos decidan hacer con nosotros sobre la marcha.
Grosera muestra de cómo los trabajadores, en la sociedad actual dirigida por empresarios y banqueros, estamos al servicio de los intereses lucrativos y competitivos de esa minoría de grandes millonarios a pesar de que seamos nosotros quienes generemos toda la riqueza con nuestro trabajo diario.
Desde el Partido del Trabajo Democrático planteamos las siguientes propuestas:
1.- Los contratos eventuales que siembran la incertidumbre de vida deben transformarse en contratos fijos que garanticen los ingresos a la plantilla. Los trabajadores primero.
2.- Debe repartirse el trabajo, enormemente productivo gracias a nuestro esfuerzo, mediante la implantación de las 35 horas de jornada sin reducción de sueldo.
3.- Dadas las dudas existentes sobre los motivos del parón productivo para el turno variable, la dirección de la planta debe ofrecer los datos sobre la demanda y producción prevista diaria, mensual y anual, la producción alcanzada, los datos concretos sobre los problemas con proveedores, los pedidos realizados a estos, etc. Es fundamental que se establezcan los mecanismos de control democrático en la empresa para que los trabajadores, a través de nuestros representantes sindicales, tengamos conocimiento de lo que sucede en la organización de la producción y podamos llevar a cabo acciones que protejan nuestros intereses.