Tras casi 5 años de lucha, finalmente, los trabajadores de Coca-Cola en lucha de la fábrica de Fuenlabrada hemos conseguido una victoria por KO contra la multinacional que ha intentado arrebatarnos nuestro trabajo y la estabilidad y el futuro de nuestras familias.
Han sido cinco años muy duros pero también muy enriquecedores, donde hemos podido conocer a compañeros activistas tanto laborales, sociales, por los servicios públicos,… en fin, multitud de gente que quería, como nosotros, cambiar las cosas y luchar por un mundo mejor. Y para ello la clase trabajadora ha de dar un paso hacia adelante por los derechos de todas y todos.
Ha habido varias claves en esta victoria: La labor de nuestro sindicato CCOO y la solidaridad obrera, de partidos políticos, asociaciones, colectivos de toda índole y un sinfín de personas trabajadoras. Este conflicto socio-político se ha hecho muy grande no sólo por la lucha de los trabajadores de Fuenlabrada sino por tejer una tela de araña con el movimiento obrero, los movimientos sociales (Mareas ciudadanas, Marchas de la Dignidad, etc) y por la solidaridad internacional de los propios compañeros de Coca-Cola de otras factorías europeas, cosa que no tuvimos del resto de plantillas de Coca-Cola en España. Es en este punto donde vamos a hacer hincapié.
Los trabajadores de Coca-Cola en Fuenlabrada y nuestro comité de CCOO, hemos tejido una coordinación con sindicatos como la CGT francesa y NGG en Alemania, principalmente, que han hecho que todos juntos hayamos presionado a la multinacional de tal forma que ésta ha querido terminar con el conflicto en Madrid para evitar una pelea a mayor escala. Está claro que la multinacional no quería que el problema con los “irreductibles galos” de Fuenlabrada se extendiera al extranjero, pues los empresarios y accionistas temen la solidaridad de la clase trabajadora por encima de todas las cosas.
Hay que hacer una mención especial a la Fundación Rosa Luxemburgo, que ha sido el principal agente para que nos pudiéramos coordinar los diferentes comités de empresa de los distintos países, y especialmente el comité de empresa de CCOO de Fuenlabrada con los compañeros de la NGG alemana y la CGT francesa. Su labor ha sido relevante y persistente, en primer lugar porque les ha calado la lucha socio-laboral y política de nuestro conflicto y porque apostaron por una lucha contra un icono del capitalismo como es Coca-Cola. Hay que reseñar que la Fundación Rosa de Luxemburgo está cercana al partido alemán Die Linke.
Por nuestra parte, hemos ido a Alemania a apoyar a los compañeros germanos cuando estaban teniendo complicaciones en la negociación de su convenio colectivo, y ellos nos han visitado en Fuenlabrada varias veces, y denunciado públicamente las atrocidades y violaciones de derechos humanos que Coca-Cola estaba cometiendo. Así se consiguió que saltase a la prensa información sobre el conflicto en Alemania.
También hay que reseñar que la solidaridad internacional de los trabajadores es la clave en la lucha por los derechos laborales, y especialmente, ante multinacionales como Coca-Cola. Sirva como ejemplo lo sucedido durante ese periodo de negociación del convenio de los compañeros alemanes, cuando llevaron a cabo jornadas de huelga y Coca-Cola trató de boicotear dicha huelga haciendo que los trabajadores belgas de la marca hicieran horas extras para contrarrestar la huelga alemana. Algo a lo que los trabajadores belgas se negaron, al no estar dispuestos a hacer de esquiroles de sus compañeros alemanes y negándose a realizar esas horas extra.
Las CCOO de la antigua federación de Agroalimentaria, pertenecían a la EFFAT, que es la Confederación Sindical Europea de Alimentación, Agricultura y Turismo. A través de la EFFAT tejimos contactos con los compañeros de la NGG alemana y desde el primer momento hubo sintonía para trabajar juntos. En Alemania también estaban cerrando fábricas pequeñas y tenían las negociaciones del Convenio colectivo de Coca-Cola, bastante enquistadas, de ahí las huelgas comentadas más arriba.
Se vio mucha armonía y ganas de trabajar juntos desde el primer momento, y nosotros pensamos desde Fuenlabrada que una lucha apoyada internacionalmente, sería un gran aviso para la multinacional, como se suele decir, si tocas a uno, nos tocan a todos. Enseguida los compañeros de la NGG hablaron con los compañeros de la CGT francesa y nos invitaron a una jornada de la confederación de sindicatos europeos a la que pertenecen la CGT francesa y la CGTP de Portugal, UIS-OSE, mientras que CCOO pertenece a la EFFAT.
Sentimos tal apoyo de los representantes que había allí de Grecia, Moldavia, Rumania, Rusia, Portugal, Francia, Chipre, etc, todos estos sindicatos cercanos a partidos comunistas de sus países respectivos. De aquí salió la idea de trabajar en algo conjunto entre la NGG, la CGT francesa y CCOO Industria de Coca-Cola. Este es uno de los motivos de que la multinacional haya cambiado de estrategia, unido a la presión social que hemos llevado los trabajadores de Fuenlabrada con el apoyo de los movimientos sociales, asociaciones, partidos políticos y CCOO. Han tenido que sentarse a negociar con el Comité de empresa de tú a tú, cosa que no habían hecho en los cuatro años anteriores. Esta victoria que finalmente hemos logrado, llega por la presión en las calles y el apoyo de la gente, del pueblo. Sin toda esta presión social e internacional, Coca-Cola nunca se hubiera sentado a negociar.
En la lucha de hoy en día en las multinacionales, la clave es una coordinación entre las plantillas de todos sus centros de trabajo para poder organizarse y actuar cuando la multinacional quiera agredir a algún centro. Estar organizados puede evitar ataques como despidos o cierres. La clave es aplicar la vieja idea de que “la unión hace la fuerza”, que ha sido la base de muchas movilizaciones obreras. Aumentar el número de trabajadores y trabajadoras movilizándose y actuando conjuntamente y de forma coordinada. Llevar la movilización a más empresas, auxiliares, subcontratas, etc… Al golpear en más sitios a la vez, se reduce la capacidad de respuesta del adversario, en este caso la multinacional, el pez grande. Esta es la forma en que grupos aparentemente pequeños y separados, al unirse, coordinarse y organizarse, se convierten en una fuerza capaz de derrotar a un adversario grande y poderoso.
Las grandes empresas, especialmente las multinacionales como Coca-Cola, poseen un poder que actúa directamente sobre las instituciones, presionándolas y chantajeándolas gracias al libre mercado que permite a los empresarios (quienes acumulan la riqueza) convertir sus inversiones en ventas al mejor postor, obligando a las instituciones democráticas a degradarse y competir entre sí por ver quien ofrece las mejores condiciones para el enriquecimiento de tal o cual magnate.
Si estamos de acuerdo en que esta es la raíz del problema, la conclusión lógica es la necesidad de unir las fuerzas de las y los trabajadores, de las distintas empresas y sectores. Empezar a actuar no sólo como colectivos afectados por problemas laborales, sino como clase social trabajadora. Para ello hay que partir de los intereses y objetivos comunes y plantear, además de las reivindicaciones y propuestas sindicales, medidas políticas que ayuden a contrarrestar el poder de los empresarios.
Aunque Coca-Cola es la multinacional más popular del mundo, hemos sabido usar dicha popularidad, precisamente, en su contra. Yendo a hacer daño a donde más le duele: A la cuenta de resultados (a través del boicot) y a la imagen (ya que Coca-Cola es de las empresas que más invierte en vender felicidad).
La clave en la lucha contra las multinacionales son la organización y la solidaridad. El movimiento obrero, social y político no puede continuar disperso y aislado mientras que nuestros oponentes hablan con una sola voz, europea y neoliberal. La Unión Europea se ha convertido en el campo de batalla en el cual se desarrolla la lucha de clases y, cuanto antes, hay que redoblar los esfuerzos por construir una agenda social en favor de la mayoría trabajadora en toda Europa.
Tenemos que recalcar que la lucha es el único camino y que tras casi 2 años acampados, fuimos readmitidos en la fábrica y ahora casi 5 años después hemos conseguido un plan social para asegurar el futuro de nuestras familias con independencia de que se ponga en marcha o no una fábrica en la zona centro de Madrid en el plazo de dos años. Sin embargo, los trabajadores de Alicante, Asturias y Palma de Mallorca, que no lucharon y sus factorías cerraron, fueron algunos recolocados a cientos de kilómetros de sus casas y otros despedidos.
Los trabajadores de Coca-Cola en lucha tenemos muy claro que la lucha sirve. Si no luchas, ya has perdido. Lo más importante en esta vida es tener un futuro asegurado y el pan de nuestros hijos es lo que nos hace luchar por ello. Nosotros decidimos luchar y vencimos. Ante un modelo social que genera inestabilidad e incertidumbre para la mayoría, podemos decir bien alto que tras derrotar a la multinacional, nuestros hijos tienen el futuro asegurado. Es la hora de recuperar y conquistar derechos, es la hora de la clase obrera.
Fdo. Miembro del Comité CCOO-Coca Cola European Partners. Fuenlabrada