El juez del Juzgado Nº3 de lo Mercantil de Gijón ha decretado un auto que inicia el proceso de liquidación de la empresa Montrasa Maessa Asturias (en adelante MMA). Y con ello 120 trabajadores perderán sus empleos. Solo hay un plazo de cinco días antes de que esta decisión sea firme.
MMA culpabiliza de esto al colectivo de 34 trabajadores que se han mantenido firmes en la defensa de sus derechos durante un calvario que dura ya 33 meses. Sin embargo, un examen más detenido de los acontecimientos muestra otra versión de la historia: una que habla de trapicheos entre auxiliares, turbios bufetes de abogados y, por encima de todo, una multinacional americana del Aluminio (Alcoa) que juega con el empleo como en una partida de ajedrez.
En este artículo te contamos las claves .
Los precedentes:
El colectivo de 34 trabajadores de la auxiliar MMA realizaban trabajos de obra civil y apoyo a la fundición en la planta de ALCOA en Avilés.
Estos trabajadores están incluídos en los Acuerdos de Oviedo desde julio de 2002. Estos acuerdos están pensados para proteger a los trabajadores de las empresas auxiliares ante los cambios en los contratos con algunas grandes empresas multinacionales de Asturias, entre ellas Alcoa. En ellos se contempla que cuando una auxiliar deja un trabajo en una empresa matriz, y este pasa a otra subcontrata, los trabajadores de la anterior deben ser subrogados manteniendo sus condiciones laborales. Hay varias empresas entre las firmantes, entre ellas MMA.
La anterior adjudicataria a MMA era la empresa JOFRASA que firmó un acuerdo de subrogación con los representantes de los trabajadores a fecha 6 de agosto de 2012, en base a la ley y a los Acuerdos de Oviedo donde se incluían los salarios individuales de cada trabajador.
Cuando MMA decide coger la obra que se estaba realizando en ALCOA, conocía este acuerdo de subrogación y sabía las condiciones en las que tenían que estar los 39 trabajadores y sabía que tenía que respetar esas condiciones, entre ellas los salarios individuales y los derechos adquiridos por cada uno. De hecho, MMA fue advertida por los propios trabajadores de que iba a haber trabajadores que iban a denunciar por su cuenta, al no estar de acuerdo con esa subrogación, porque MMA pretendía reducir las condiciones laborales.
Con estos antecedentes, MMA sigue adelante y el 13 de abril de 2015 subroga a 34 trabajadores de 39 que tenía que subrogar y lo hace con unas condiciones salariales y laborales inferiores a las que tenían. De los 39, 5 se quedan en JOFRASA al no estar de acuerdo con cómo se está haciendo la subrogación, y ya a los 15 días de haber sido efectiva la subrogación de los 34 trabajadores, 2 de esos 5 trabajadores que no fueron subrogados por MMA, deciden denunciar a la empresa exigiendo ser subrogados con las mismas condiciones que tenían en JOFRASA.
Además, a los 34 se les había hecho creer que se iban a rebajar las condiciones laborales de todo el sector auxiliar en ALCOA, pero resulta que pasados 8 meses de trabajar en MMA, se dan cuenta que son los únicos a los que se les han reducido las condiciones. Ante esto 4 trabajadores deciden denunciar a MMA por no haber realizado bien la subrogación.
Y el 1 de febrero de 2016, una sentencia da la razón a los 2 trabajadores que habían denunciado inicialmente y que se quedaron en JOFRASA, les reconoce el derecho de subrogación a MMA, en las condiciones que tenían en JOFRASA.
¿Cuál es la reacción de MMA ante esta situación en que se había metido?
Su reacción es comunicar por escrito a ALCOA en fecha 4 de febrero de 2016, justamente tres días después de ser condenada por los tribunales a la subrogación de esos 2 trabajadores, que rescinde el contrato para el trabajo que hacía para ALCOA, con un aviso de dos meses de antelación. Esta maniobra, para los 34 trabajadores (que tienen una antigüedad media de 25 años, y son todos de CCOO), significa irse al paro a partir del 5 de abril de 2016. El administrador de MMA llama a esto “daños colaterales”.
Un dato importante, es que la facturación de MMA durante los 356 días que realiza trabajos para ALCOA asciende a 1.780.000 €, con un coste total de persona de 1.260.000 €, lo que significa que, para el tipo de trabajo que estaban realizando, no había pérdida económica.
Es a partir de este punto donde empieza el calvario judicial de 33 meses.
El calvario judicial
Entre mayo y junio de 2016 se celebran los juicios por el conflicto colectivo de los 34 trabajadores de MMA afectados. Exigen que se les incorpore a ALCOA o que, en virtud de los Acuerdos de Oviedo, se les recoloque en otra auxiliar de las firmantes siendo las afectadas IMASA y JOFRASA
Pues bien, MMA, en vez de apoyar esta demanda, lo que le beneficiaría al poder desprenderse de los trabajadores, decide apoyar al resto de empresas que no querían recolocarles.
Da la “casualidad” que el mismo despacho de abogados que lleva el caso de MMA, Montoto Asociados, tiene a su vez como clientes a las otras empresas auxiliares, IMASA y JOFRASA.
Durante los siguientes meses se producirán varios juicios y sentencias, tanto en los juzgados de Avilés como en el Tribunal Superior de Justicia de Asturias. Es un periodo de fintas, contrafintas y maniobras judiciales por parte de MMA. Durante todo este proceso, MMA maniobra para que ALCOA salga indemne de las reclamaciones de los trabajadores, incluso a expensas de la propia empresa. Los jueces también eluden entrar al fondo del asunto.
Tras un juicio en marzo de 2017, MMA es condenada y se declara la nulidad de los despidos. Alcoa que también estaba acusada, sale absuelta. Pero los trabajadores recurren al TSJA y durante el procedimiento se dan cuenta que hay discrepancias en los documentos del contrato entre MMA y ALCOA entregados por la empresa en el juzgado, y les falta una cláusula, lo que puede significar que han sido falseados.
El TSJA en julio 2017 declara nulos 14 despidos individuales y el resto, unos 19 despidos, son confirmados por el Alto Tribunal en octubre de 2017. Es entonces cuando MMA cambia de tercio y procede a impulsar un despido colectivo, pero solo a los 34 trabajadores «problemáticos». En el interim, se producen despidos de miembros del comité de empresa.
El 8 de febrero de 2018, MMA resulta condenada por represalias empresariales contra los trabajadores (vulneración de derechos fundamentales con una indemnización adicional de 6.000€ a cada trabajador) y se anula el despido colectivo. ALCOA sale indemne en todo este proceso.
La fase de ERE
A partir de este momento la estrategia de MMA cambia e intentará aplicar un ERE para suspender los contratos de trabajo de toda la plantilla y extinguirlos al finalizar el periodo de ERE, que durará entre mayo y noviembre de 2018.
Lo que sucede finalmente, es que los únicos contratos que se suspenden y van al INEM son los de siempre, los 34 y para camuflar legalmente esto la empresa se sirve de varias artimañas formales.
Hay que decir que esta maniobra de la empresa solo es posible realizarla con la colaboración de una parte1 del comité de empresa que, por desgracia, cede a las presiones de MMA.
De hecho, justo antes del finalizar el ERE, el 17 de noviembre de 2018, estos delegados del comité de empresa vuelven a ceder y permiten con su firma que el ERE, pase a ser un ERTE.
¿Que consigue la Empresa con la firma de parte de los miembros del comité?
Seguir suspendiendo los contratos de trabajo de los mismos, es decir de los 34, pero ahora con una excepción los prejubilados ya no están incluidos, y por supuesto no afecta al resto de la plantilla que son unos 85 trabajadores. El periodo comprende desde el 17 de mayo de 2017 al 30 junio de 2019.
En este periodo, los 34 trabajadores se han convertido en 31, y ya llevan gastados 8 meses de prestación por desempleo por el ERE, el resto de la plantilla (85) no han gastado ni un mes de prestación.
El desenlace
Pero mientras tanto, debido a su empecinamiento y a los juicios que ha ido perdiendo, la empresa ha acumulado deudas con los trabajadores y la administración, y plantea ir a un concurso de acreedores.
Propone una quita de deudas del 90% con una espera de dos años, para luego pagar ese 10% en 8 años, sin asegurar ningún puesto de trabajo al colectivo de los 34.
Esto significa que un trabajador al que se le deban 40.000€, solo cobraría 4.000€, a partir de 2021, a razón de 500€ por año. Y sin garantías de empleo. ¿Quién puede aceptar un acuerdo así?
En una última maniobra propone cambiar la deuda de los trabajadores por acciones de la empresa, lo que supondría convertir 1,2 millones de € de deuda total en 300 mil.
Como es lógico, los acreedores (entre ellos los trabajadores afectados por todo este proceso) no aceptan esta oferta y se inicia el proceso de liquidación.
Aunque todavía hay unos días para buscar alguna solución, las posibilidades de arreglo son muy escasas.
Algunas conclusiones
A pesar de toda la leyenda negra y todas las mentiras que se están vertiendo en la prensa en estos días, el colectivo de los 34 solo es “culpable” de haber defendido sus derechos como trabajadores y no haberse dejado pisar.
Desde el primer minuto, la empresa MMA sabía que obra estaba cogiendo y en qué condiciones y con que subrogación.
MMA esperaba que los trabajadores iban a ceder en sus condiciones laboral a posteriori, como un mal menor. Se equivocó en ese cálculo, inició un proceso de guerra legal en los juzgados que le llevó a incumplir sentencias judiciales, ser condenada por vulneración de derechos fundamentales y tener que pagar indemnizaciones a los afectados.
MMA es la responsable de que se haya llegado a la liquidación de la empresa y que ahora toda su plantilla (unos 120 trabajadores) se vaya a la calle.
El hecho de que MMA haya sido proactiva en impedir que los trabajadores pudiesen ser recolocados en otra auxiliar o en ALCOA (en base a los Acuerdo de Oviedo), cuando eso podría haber finalizado el conflicto en sus primeras fases, huele a cuerno quemado. Quizá tenga algo que ver en esto que el bufete de abogados Montoto Asociados sea a su vez el bufete del resto de empresas auxiliares.
La impresión que da este proceso es que a los 34 trabajadores no se les quería trabajando en ninguna empresa del sector auxiliar de ALCOA ni en la propia empresa matriz, y hubo una coordinación de las empresas para que esa recolocación no sucediese.
Los trabajadores de empresas auxiliares de otras industrias importantes de la zona (como ArcelorMittal) deben tomar buena nota de todo esto, pueden sufrir la misma estrategia empresarial en caso de que tengan problemas, lo que convertiría los Acuerdo de Oviedo de 2002 en papel mojado.
Algunas conclusiones más
Stop subcontratación
Para empezar, los trabajadores de MMA deberían haber sido trabajadores de ALCOA (y no de MMA, JOFRASA, IMASA, etc… ) desde que empezaron a trabajar en la planta de Avilés (algunos hace muchos años).
No existe razón técnica ni organizativa alguna que justifique que estos trabajos se realizasen mediante una subcontrata. No es un trabajo eventual, no es una actividad temporal de unos pocos meses o semanas. Es un trabajo necesario y constante para la actividad de la empresa.
La legislación en materia de subcontratación en nuestro país (y en el contexto de la UE) es demasiado flexible y debería ser modificada para limitar al máximo la capacidad que tienen las empresas para desgajar parte de su actividad hacia otras empresas. Los trabajadores de las subcontratas, deberían pasar a formar parte de la matríz, con las mismas condiciones y convenio que sus compañeros de arriba.
La subcontratación debilita la capacidad de lucha de la clase trabajadora al introducir un elemento de división y compartimentación en las plantillas, y por otra parte permite rebajar las condiciones laborales de la plantilla de las subcontratas e indirectamente presionar a la baja las condiciones laborales de los trabajadores de la matriz.
Introducir cambios legales que limiten al máximo la subcontratación en las empresas debería estar, junto con la Reducción Colectiva del Tiempo de Trabajo, la intervención del estado en las empresas estratégicas y la derogación de las últimas reformas laborales, en el Top Ten de los estrategas sindicales para el periodo de crisis económica venidero.
Activemos la solidaridad
A los 34 de Montrasa no les quedó otra que seguir la vía judicial para defender sus derechos. Es una vía arriesgada, como todas.
Durante todo este proceso se ha visto cómo los jueces se ponían de perfil y han rehusado entrar al fondo del asunto. Especialmente cuanto este afectaba a la multinacional Alcoa.
Cualquier sindicalista puede dar fe de que, cuando se trata de multinacionales, el sistema judicial español es poco firme y evita la confrontación. Lo mismo se podría decir de los políticos de los partidos del IBEX35 (PSOE, PP y Cs: el perro no muerde la mano que le da de comer).
Pero los trabajadores de ALCOA podrían haber finiquitado este conflicto desde el minuto cero. Una huelga, una serie de paros, o incluso la mera amenaza de realizarlos, podría haber hecho que la multinacional accediese a recolocar a los 34 entre su plantilla y que siguiesen haciendo las mismas labores. Incluso se podría haber negociado una rebaja en sus condiciones laborales a cambio de entrar en ALCOA.
Sí, las huelgas de solidaridad son ilegales. Pero hay mil formas de justificar formalmente una huelga. Que los trabajadores de MMA hayan tenido tantas dificultades para recibir la solidaridad activa de sus compañeros de ALCOA, no es culpa de los trabajadores de la multinacional. Este es un problema de conciencia de clase, del nivel ideológico general de la clase trabajadora, que afecta a todo el Movimiento Obrero y Sindical.
Esta es una situación que nos interpela directamente a los comunistas, a la izquierda y a las compañeras y compañeros de los sindicatos más conscientes de estos problemas y carencias.
Es una muestra del trabajo ingente que tenemos por delante para recomponer la conciencia de clase y la solidaridad obrera en nuestro país. Un componente que va a ser esencial si queremos afrontar la oleada de cierres y EREs que se están produciendo con la reentrada en recesión de la economía mundial.