La subida del SMI de un 22,3% (de 735,9 a 900 euros) aprobada durante la pasada legislatura fue una de las medidas más destacadas del acuerdo de presupuestos PSOE – Unidos Podemos, que terminó aprobándose vía decreto a pesar de que las cuentas del Gobierno no salieran adelante. Desde entonces, los empresarios y sus voceros mediáticos se han dedicado a denunciar el supuesto efecto negativo que tendría sobre la economía.
La realidad ha resultado ser bastante diferente, de acuerdo con el informe que ayer presentaron en rueda de prensa diversos dirigentes de Comisiones Obreras, entre ellos su secretario general, Unai Sordo. Los sectores que supuestamente iban a verse más afectados por la propuesta, con riesgo de destrucción de puestos de trabajo siempre según la patronal, han terminado presentado datos de continuidad en el empleo mayores que la media de los últimos cuatro años (86,8% en el caso de los asalariados con estudios inferiores, y 81% de las personas empleadas con menos de un año de antigüedad en la empresa).
El aumento salarial, perfectamente asumible considerando las cuentas de resultados de las grandes empresas de nuestro país con un beneficio medio durante el año 2017 del 7%, ha llegado a 1.2 millones de trabajadores. El sector servicios ha sido el que más ha notado la subida, seguido por la construcción, la industria y los servicios a la ciudadanía.
Merece la pena destacar que las principales empresas de estos sectores obtuvieron grandes resultados: ACS, la constructora de Florentino Pérez, mejoró sus resultados con respecto al 2017 un 14,09%, anotándose un beneficio neto de 915 millones de euros; ArcelorMittal, el gigante de la industria siderúrgica, ha registrado un incremento del 12,72% de su beneficio neto con respecto al año pasado, lo que le ha supuesto unos 4.493 millones de euros; y Telefónica, una de las principales empresas de servicios a la ciudadanía, ha aumentado sus beneficio neto en un 6,36%, que le han supuesto 3.330,9 millones de euros1.
La rueda de prensa ha servido además para dar inicio a una campaña sindical contra el incumplimiento por parte de los empresarios de esta subida salarial, ya que, según declaraba Sordo, “sectores empresariales (agrario2, sobre todo) buscan minimizar esta medida negándose a su aplicación o recurriendo a distintas argucias (…) para aminorar su impacto o elevar la jornada pactada en convenio al máximo permitido”. Esta situación, de acuerdo con las declaraciones del secretario general de CCOO, “afecta a cientos de miles de trabajadores”: con la intención de combatir este tipo de prácticas ilegales, el sindicato ha puesto en marcha una página (www.quenotelajueguen.es) en la que será posible para cualquier trabajador, introduciendo una serie de datos, comprobar si su empresa está cumpliendo o no la subida del SMI.
Una vez más, al igual que ocurrió a raíz del célebre escándalo del fallo judicial en relación al reparto de los gastos hipotecarios, la realidad demuestra que la legislación ofrece un marco muy débil y fácilmente vulnerable por parte de los empresarios, ya que son ellos quienes tienen el control de la implantación práctica de las medidas. Esta situación provoca que, en la práctica, aprobar leyes o decretos para obligar a los bancos a pagar determinados gastos hipotecarios o aumentar el salario mínimo no garantiza de por si que dichas medidas vayan a aplicarse de forma efectiva. Para poder asegurarlo, la única solución parece ser implementar medidas de inspección estatal, participación y control democrático de los trabajadores en las empresas, de forma que se pueda evitar de forma eficaz que los empresarios puenteen la ley constantemente.
Notas
- Para situar correctamente el significado del Beneficio Neto en la contabilidad empresarial ver: http://www.econanzas.es/cash-flow-beneficio-neto/
- En el sector agrario se registra uno de los porcentajes más altos de beneficiarios del aumento del SMI, sumando más de 300.000 trabajadores que deberían ver el incremento en sus nóminas