SUD Poste 92 en lucha: ¡Gracias París!

El pasado fin de semana tanto en Madrid como en Granada se realizaron actos de solidaridad internacional con la lucha ejemplar que las carteras y los carteros del distrito 92 de París están llevando a cabo durante más de 14 meses de huelga.

Mario Murillo
Mario Murillo
Mario Murillo es trabajador de Correos y colaborador de La Mayoría.

Para quienes tuvimos la fortuna de participar en alguno de estos eventos ha supuesto un verdadero aprendizaje de cómo organizar protestas y reivindicaciones y aglutinar a la plantilla en torno a las mismas. A través de un completo documental (y con las intervenciones posteriores) tuvimos la posibilidad de conocer el conflicto a fondo y seguir el desarrollo del mismo, viendo la intervención directa de sus protagonistas.

La directiva de La Poste lleva ya tiempo intentando introducir elementos lesivos para los derechos de la plantilla:

  • Aumento de la carga de trabajo a través del redimensionamiento de secciones (lo que en nuestro país llamamos “reestructuraciones” y venimos ya años padeciendo e intentando revertirlas).
  • Ultra-flexibilización de la jornada laboral mediante lo que denominan “méridienne”, es decir, partir la jornada obligando a la plantilla de reparto a trabajar en tramos de tiempo que abarquen más horas del día con una interrupción de entre 45 minutos y 2 horas lo que provocaría que muchos empleados no pudieran retornar a comer a sus casas y “sacoche”, que supone que haya carteros que se dediquen únicamente al reparto sin participar en las tareas colectivas de su centro de trabajo ni poder interactuar con el resto de compañeros: llegan, recogen la carga y a repartir.

Hablamos de una forma extrema de desregular las condiciones laborales y en nuestro país deberíamos tenerlo en cuenta a la hora de saber qué ataques y abusos nos va a tocar enfrentar y que éstos forman parte de una línea de actuación a nivel global que exigen una respuesta de la misma índole.

Los paralelismos entre el rumbo tomado por La Poste y Correos España son más que evidentes. Las dos únicas empresas postales que aún permanecen en la UE con el 100% de capital público, han pisado el acelerador para destruir otro servicio en favor de la comunidad y ponerlo al servicio de las multinacionales, ahorrando en costes y empeorando las condiciones laborales para así amasar grandes beneficios privados.

Pero no sólo hemos de conocer cuál es la línea de actuación de la directiva, sino cómo nuestros compañeros parisinos están afrontando la situación y desarrollando la lucha en este conflicto. Y es que la solidaridad de clase no es únicamente aplaudir lo que hacen otros sino absorber todo lo positivo de su práctica para enriquecer la nuestra y conseguir victorias.

Lo cierto es que las compañeras y los compañeros de SUD Poste 92 y algunos de sus dirigentes como Gaël Quirantes son, sin duda, una referencia de trabajo sindical bien hecho, con objetivos firmes y vocación de mayoría. De hecho la mencionada huelga de más de un año de duración se inicia a raíz del despido del compañero Gaël. El 26 de marzo de 2018 la dirección de Correos consiguió de Muriel Pénicaud (ministra de Trabajo del gobierno Macron) la autorización de despedirle. Ilusamente pensaron que así se desharían de un militante sindical y político combativo y sembrarían el miedo entre la plantilla. Pero ocurrió todo lo contrario. Se inició una huelga por solidaridad que pronto se convirtió en extensiva y no sólo contra la represión sindical sino por la defensa de los derechos laborales y contra las medidas precarizadoras impulsadas por la directiva de La Poste.

Esto hubiera sido impensable sin que el SUD fuese una organización sindical sólida y mayoritaria, con gran implantación en los centros de trabajo, reconocida y apoyada por la plantilla de forma masiva y, además, con profundos lazos tejidos con el resto de sectores laborales en lucha (como el ferroviario) o la juventud y el estudiantado.

Ver hablar a Gaël, tanto en el documental ante sus compañeros, las Jefaturas de La Poste o incluso ante la policía gala como ante nosotros, fue una tremenda lección. Nos habló de todo el trabajo sindical y político previo a que SUD Poste se convirtiera en un sindicato mayoritario, al aprendizaje obtenido desde hace más de diez años, de los errores cometidos y de los grandes aciertos…

Puso el acento, sobre todo, en dos elementos: La importancia de tener una línea sindical clara y objetivos definidos (pues en torno a ellos se despliega la actividad de toda la organización y permiten que se sume la plantilla) y el dejar de poner excusas para luchar y obtener victorias. Y para ello es fundamental enfocarse en la plantilla, dirigir los esfuerzos contra los responsables principales de la degradación de nuestras condiciones de vida y trabajo y ganarse la confianza y el respaldo de nuestros compañeros mediante la entrega diaria, la explicación profunda del porqué de las cosas y confiar en que ganar es posible.

Por todo ello, ¡gracias París!

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