Duro golpe en la Ciudad Califal

Expediente de regulación de empleo en la planta cordobesa de ABB

Domingo Martos
Domingo Martos
Estudiante de Sociología y Derecho, Universidad Complutense de Madrid. Orgulloso ubetense.

La gran multinacional suiza Asea Brown Boveri (ABB) prepara un nuevo ERE en sus plantas españolas, en concreto las de Córdoba y Galindo (Vizcaya). Este ataque de la empresa a su plantilla pretende hacerse con la cabeza de 59 trabajadores (49 en Córdoba y 10 en Galindo). Un ERE que se enfrenta a la unidad sindical de los compañeros de la planta andaluza, autoridades locales y con el respaldo de una sociedad civil que ve como su, ya débil tejido industrial, no solo debe mantenerse, sino encaminarse en un proceso de reindustrialización de provincias como Jaén, Granada o la propia Córdoba, muy golpeadas en la última década.

En 1930 nace en la ciudad califal una de las industrias más importantes del sur de España, aún muy dedicada al campo y al sector primario, esta fábrica fue levantada por la Constructora Nacional de Maquinaria Eléctrica, Cemensa. Sin embargo, en 1970, esta industria es adquirida por el grupo Westinghouse, que intentó mover su línea hacia la producción de helicópteros, algo que nunca terminó de salir rentable, por lo que, en 1990, y con una plantilla media de 1500 obreros, la multinacional ABB se hace con ella, redirigiendo su actividad hacia la generación de energía eléctrica y la automatización industrial. Pero la historia, siempre infinita, no acaba aquí. La dirección de la empresa suiza prepara la venta del 80% de sus acciones al gigante nipón Hitachi, entre ellas aquellas que pertenecen a uno de los frentes más punteros en el sector industrial, su empresa “Power grids”1 cuya producción se centra casi exclusivamente en la planta de Córdoba.

El traspaso de ABB a Hitachi es sin duda alguna el factor clave en este proceso de regulación de empleo al que se enfrentan más de medio centenar de trabajadores, en una plantilla que lleva décadas viendo como la lógica del máximo beneficio y la externalización de ciertos puntos de la producción se imponen sobre la necesidad de un sector industrial fuerte y al servicio del desarrollo de Córdoba y su provincia. La empresa, por su parte, expresa que no hay más motivos que la falta de competitividad en el mercado y la necesidad de hacer algunos “sacrificios” para que la producción se mantenga en el sector. Los mismos argumentos, las mismas falacias y lugares comunes que llevamos escuchando de boca de la patronal y las empresas desde siempre. Pero la verdad siempre se impone por mucho que intenten cubrirla, y los datos no mienten. La empresa suiza factura un total de 679 millones de euros al año2, siendo un 18% de esta producida en la planta cordobesa. Pero sin duda, el dato más importante, es el impacto sobre la economía de la provincia: 150millones de euros anuales3. Además, estos 320 hombres y mujeres que día a día enriquecen el bolsillo de los directivos y accionistas de ABB, son los brazos y mentes que levantan la única planta que posee la multinacional para producir Transformadores de potencia acorazados, uno de los cinco que existen en todo el mundo. Una planta de una importancia muy particular, un suculento manjar para el comprador oriental.

Las negociaciones, aunque parecen estériles, continúan hoy. Los trabajadores han mantenido y mantienen una resistencia increíble, con la movilización y ocupación de la sede de ABB en Madrid el 10 de julio, la posterior manifestación multitudinaria del pasado lunes 15 y el encierro de la plantilla en las instalaciones de la fábrica mientras las negociaciones no lleguen a buen puerto para estos 59 trabajadores. Lo único que la plantilla sabe hasta el momento es que, tras estas últimas jornadas de protesta y presión, la dirección ha trasladado una propuesta a CCOO y UGT donde “solamente” se verían “afectados” 49 -de las 59 iniciales-. Es decir, de los 59 despidos que planteó la empresa, la cifra bajaría tras las últimas negociaciones a 15, rebajando la tensión con la plantilla con una supuesta reducción de despidos y apostando por trasladar al resto de afectados a otras plantas, como las de Madrid y Zaragoza, y con la prejubilación para aquellos mayores de 55 años; medidas que no son, en ningún caso, mejoras de vida y futuro para estos hombres y mujeres. Aunque debemos esperar a ver cómo terminan las negociaciones y el plan para esta planta de Córdoba, ya nos podemos hacer una ligera idea de por dónde quiere ir la empresa. Desde un tiempo a esta parte venimos viendo como las empresas transforman sus plantillas fijas -y los derechos laborales y sindicales que ello conlleva- por plantillas temporales, los famosos “eventuales”. Una lógica que convierte, por ejemplo, 4.000 puestos fijos, divididos en dos turnos, en una plantilla base de 3.000 o 2.000 y un conjunto de trabajadores que la empresa contrata en los llamados picos de producción, controlando el flujo de oferta y demanda del sector para aumentar así su beneficio y cuota de poder en el mercado. ¿Ocurrirá esto con la planta de Córdoba?, ¿los sucesivos EREs son una muestra de un posible cierre a medio-largo plazo de la producción? No podemos asegurar nada en estos momentos, debemos ver cómo se desarrollan los acontecimientos y cómo influye la venta al gigante Hitachi. Lo que sí sabemos a ciencia cierta es que los compañeros de Córdoba están dando una muestra de valentía y fuerza que debe ser un nuevo flujo de ánimo para el conjunto de trabajadores de nuestro país que se enfrentan casi como regla ya habitual a expedientes de regulación y a la precarización de sus vidas. Realidades como esta nos muestran los verdaderos principios egoístas y clasistas que reinan en nuestras empresas, que nos condenan a la incertidumbre y al miedo. Este miedo que se convierte en frenos para la unidad, la organización sindical y política de la mayoría social de nuestro pueblo; sus trabajadores y trabajadoras. Si queremos erradicar este tipo de actitudes y tendencias de los capitalistas, debemos organizarnos alrededor de una idea tan simple, pero tan justa, como es la democratización de la economía, poner nuestras empresas al servicio de nuestras vidas, y no nuestras vidas al servicio de un grupo, de una minoría alejada de nuestras necesidades y que sólo piensa en su beneficio y enriquecimiento. Si los EREs vuelven, ¡que nos pillen preparados y organizados!

Notas

  1. Nuestro negocio Power Grids es un líder mundial en tecnologías energéticas y aspira a ser el socio preferente de aquellos clientes que estén enfocados a la creación de una red más fuerte, más inteligente y ecológica. El negocio Power Grids proporciona soluciones de producto, sistema, software y servicios a lo largo de toda la cadena de valor diseñadas para satisfacer la creciente demanda de electricidad con un impacto mínimo sobre el medio ambiente.” Página oficial ABB. https://new.abb.com/es/abb-in-spain/organizacion/power-grids
  2. Verdú, Rafael. (2019, 18 julio). ABB Córdoba, la fábrica que llegó a tener 1.500 empleados y vendía helicópteros. Diario ABC. Recuperado 19 julio de 2019.
  3. Francisco Expósito, (2019, 19 julio). La reunión negociadora de ABB se cierra de madrugada sin acuerdo, pero con mejores condiciones. Diario Córdoba. Recuperado 22 julio, 2019.

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