Lo relacionamos directamente con la clase media porque no lleva mono azul, tiene una casa con jardín, un buen salario, vacaciones familiares y seguramente ahorros para pagar la universidad de sus hijos. Pero ¿qué relación hay entre una vida material suficiente y la posición de clase? Y más importante ¿qué es la clase media para que se hable de ella tanto?
En este artículo vamos a responder a esta cuestión tan problemática en el debate político y en el análisis sociológico. Para ello, primero responderemos a la pregunta ¿qué es la clase media? desde un análisis de su posición en la estructura social, es decir, en relación con el resto de clases. Segundo, si la teoría marxista estudia la sociedad capitalista como generadora de dos grandes clases, trabajadora y capitalista, ¿el hecho de identificar una clase media supone un error en el análisis marxista? Esta es una crítica muy usual, por lo que es fundamental tratarla debidamente. La misión será poner en relación la existencia de distintos modos de producción en un mismo escenario, para explicar, junto al primer punto, la variedad y graduación social que hoy podemos ver. Y, por último, acercándonos a la revisión del marxismo llevada a cabo durante la segunda mitad del siglo XX, especialmente los pensadores de la Escuela de Frankfurt, hablaremos de lo que en mi opinión es una errónea posición teórica de la clase obrera como individuos pobres y marginados a los guetos, y por ello una simplificación equivocada del concepto de clase para el marxismo. Es decir, intentaremos rebatir esa idea que vincula un nivel de vida aceptable con la clase media, identificando que la razón de ser del capitalismo no es generar pobreza, sino plusvalía de forma ininterrumpida; de forma simple, al capital no le interesa aumentar la pobreza como algunos teóricos postmarxistas afirman, sino aumentar el cuerpo de la clase trabajadora, claro está que una clase obrera adaptada a la tecnificación del trabajo actual y con las importantes victorias que el movimiento obrero ha ido cosechando históricamente frente al capital. Comencemos:
Si nuestro objetivo es identificar el carácter estructural de la clase media (su posición en las relaciones sociales de producción modernas) debemos partir de posiciones fuertes y estables, en otras palabras, sociológicamente es más relevante investigar qué papel ocupan los individuos en la producción material e inmaterial; en vez de partir desde un principio tan volátil e inestable como el salario o la riqueza que recibe un sujeto. La OCDE define la clase media dentro de una horquilla concreta de renta, en España esta definiría la clase media como aquellos hogares unifamiliares que están entre los 11.000 y 30.000 euros anuales. Pero ¿para qué nos ayuda esto? ¿Si cobro 10.500 ya no soy de clase media? ¿no hay una distancia social importante entre los que ganan 11.000 y 30.000 euros? Las carencias de definir la clase por su renta son muy graves. Pongamos el siguiente caso: en Reino Unido, solo dos de cada cinco personas se reconocen como clase media, mientras en los países nórdicos, esta percepción aumenta al 70%. ¿Es que hay más clase media en Suecia que en Reino Unido? ¿por qué se autoidentifican con esa clase? ¿qué intereses comparten ese 70% nórdico? ¿y esos hombres y mujeres cuyas rentas distan de 11.000 a 30.000 euros? La disparidad y diferencia de salarios y rentas tanto dentro de una rama de la producción, como en la economía en general, nos puede llevar a una absurda clasificación de estratos sociales demasiado extensa y carente de toda operatividad. Aunque no vamos a desechar totalmente el papel del salario y la renta, en este artículo será un factor secundario. Pasemos entonces a definir la clase media dentro de la estructura social.
¿Qué es la clase media?
El modo de producción capitalista genera dos grandes clases, la obrera y la burguesa, dos cuerpos antagónicos. Marx nos dice que: “el capitalista es frente al obrero el poseedor de la plusvalía en su totalidad, aun cuando más tarde tenga que transferir una parte de ella al otro capitalista que le facilitó el dinero, el suelo, etc… esta reducción de las clases que participan directamente en la producción […] a saber; el capitalista y el obrero asalariado, lejos de ser un error constituye la expresión teórica del régimen capitalista de producción.”1Es decir, que el capital desarrolla dos cuerpos sociales opuestos, los que producen y poseen únicamente su fuerza de trabajo, y quienes poseen las herramientas y el capital para llevar a cabo la producción, y que a su vez son los destinatarios de la riqueza que en forma de plustrabajo generan los trabajadores y trabajadoras durante su jornada laboral .
Sin embargo, en la práctica, podemos diferenciar otros grupos sociales que están entre estos dos grandes extremos. Marx ya trata esta estratificación de forma directa, sin rodeos, al comprobar que, en sentido estricto y pleno, el capitalismo solo genera dos clases, pero que la sociedad realmente existente es una cosa diferente de la sociedad ideal. Primero vamos a tratar la división dentro del modo de producción capitalista, y en el siguiente punto, la confluencia de clases fruto de la convivencia de distintos modos de producción en la moderna sociedad.
Las fracciones de clase y las posiciones contradictorias de clase
Erik Olin Wright nos dice “que el criterio definitorio central de las relaciones sociales de producción, que a su vez representan las bases para definir las clases, [es] la unidad de relaciones de apropiación y relaciones de dominación”2. Según esto, debemos tratar tanto el grado de explotación como de dominación, es decir, el nivel de soberanía que tiene un trabajador sobre lo que produce y cómo lo produce. Wright diferencia dos grandes grupos que, aun siendo parte de la clase obrera, del proletariado, por su condición de explotados, poseen en cambio un nivel de dominación menor al del resto de trabajadores. Estos son los obreros semiautónomos y los pequeños empleadores: aquellos mandos técnicos y cuadros profesionales que tienen mayor control sobre su propio trabajo.
A esta estratificación la llamaremos fracción de clase, donde encontramos desde puestos directivos, por ejemplo, que aun poseyendo un nivel de autonomía muy amplio y una dominación prácticamente nula, siguen dependiendo de un salario (además de las remuneraciones extra que reciban); los empleados técnicos, tanto de la empresa privada como pública, y los asalariados que no pertenecen a la jerarquía de la empresa pero que trabajan para ella. Estas fracciones, por su carácter intermedio entre productores (proletariado) y recolectores (burguesía) van a desarrollar una peculiar característica, que Wright define como posiciones contradictorias de clase: comportándose capitalistamente ante obreros y proletariamente ante la burguesía.
Pero ¿y el resto de estratos sociales? Figuras como el terrateniente, la pequeña burguesía, los artesanos, los autoempleados, campesinos y funcionarios las vamos a tratar, pero en otro marco distinto al de fracción de clase dentro del capitalismo.
La convivencia del capitalismo con otros modos de producción
Bien, tenemos que el capitalismo genera dos clases, burguesía y proletariado, pero en la realidad observamos que hay más grupos sociales que difieren de esta clasificación. En efecto, en la sociedad concreta la estratificación es mayor. Marx nos va a decir que estratificación concreta es fruto de la existencia de no sólo un modo de producción particular , sino de varios. Cuando afirmamos que la sociedad es una sociedad burguesa o capitalista no estamos mintiendo. La clave radica en que existe un modelo dominante y hegemónico (modelo ideal), al tiempo que se dan otros modelos anteriores (así como las bases para otros posteriores) que conviven con él, pero siempre en una relación de subordinación; esto lo definimos como formación social concreta. Algunos ejemplos: en la Roma del siglo III la relación de producción dominante y hegemónica es el esclavismo, sin embargo, ya aparecen conatos del próximo estadio de producción, la servidumbre o feudalismo; en la Francia del siglo XVIII no sólo existía un modo de producción tardo feudal, sino que encontramos además ejemplos del modelo posterior, relaciones capitalistas en las manufacturas defendidas ya por teorías económicas como la mercantilización y la fisiocracia; en la Rusia del siglo XIX el capital comparte territorio y sociedad con modos de producción feudales y serviles en el ámbito rural; en el siglo XX, Perú se levanta sobre un capitalismo en la gran urbe, y relaciones del comunismo primitivo en las comunidades agrícolas.
Teniendo en cuenta esta convivencia de modos de producción, y asumiendo el origen de una clase social en las relaciones de producción, ¿no es compatible que en una sociedad burguesa existan clases que no pertenecen al propio capitalismo? Aquí radica la diferencia entre el modelo ideal (capitalismo) y la formación social concreta (por ejemplo, la sociedad capitalista de España en 2020).
La cosa no queda aquí, sino que además de elementos de modos pasados, también podemos encontrar figuras del siguiente modelo, esto es, del socialismo. Un ejemplo de ello es que, si bien el modelo ideal tanto en EE. UU. como en Suecia es el capitalismo, estos dos países guardan unas diferencias bastante considerables. En el país nórdico, el 40% de la población activa trabaja en el sector público, desde la administración a las grandes industrias estatalizadas. En cambio, en EEUU, este no llega al 20%, contando además con una tasa de autoempleados mayor que en Suecia (30% frente a un 20%). Aun así, ambos países comparten una tasa parecida en cuanto a miembros de la clase obrera, en torno a un 60% de la población. En definitiva, este ejemplo sobre dos países capitalistas nos deja ver una cosa: que el desarrollo del socialismo surge ya dentro del propio capitalismo, si bien es verdad que, sin poder desplegarse plenamente, pues la empresa pública sigue aún la misma lógica que la empresa privada. Pero con todo, es un indicio considerable de cómo no solo perviven modelos anteriores al capitalismo, sino el precoz nacimiento de relaciones posteriores como marcan algunas experiencias concretas.
Desde un plano histórico, de evolución de la clase social, los modelos de relaciones sociales de producción hasta ahora existentes han generado dos grandes clases (una que produce y otra que gestiona lo producido) pero como el cambio de un modelo a otro no supone una ruptura total con el modelo anterior, en la estructura presente continúan conviviendo estratos previos, y a su vez, como toda relación social de producción surge no de la nada, sino de su modo anterior, no es casualidad que en el capitalismo se den estratos de clase y elementos, que si bien hoy no conforman un clase como tal, puede que en el siguiente modelo de producción al capitalista en efecto lo sean. Con esto salimos al paso de aquellos teóricos y difamadores del marxismo (postmarxistas y Escuela de Frankfurt incluida) que llevan la supuesta simplificación marxista de la clase a la absurdez, sin entender la forma de operar del capitalismo en la sociedad realmente existente, es decir, tanto las fracciones de clase como los modelos y clases que aun conviven con el modelo dominante, el capitalismo.
Resumiendo estos dos puntos: comenzamos el artículo intentando analizar un objeto cerrado y finito, la clase media; pero ahora echamos una mirada atrás y vemos que ya no existe ese objeto inicial, ahora tenemos muchos objetos en un saco abierto y amplio; las posiciones o estratos medios.

El mito de la clase media se va desvaneciendo
Para ir cerrando este artículo, vamos a tratar ahora el estado real de la clase media (o de los estratos medios).
Hagámonos una pregunta, ¿sería posible hablar de clase media sin el Estado del bienestar implantado tras la segunda guerra mundial? La clase media se ha identificado siempre con trabajadores asalariados, en muchas ocasiones de cuello blanco, que aun siendo asalariados percibían unas remuneraciones o salarios muy por encima de la media de la clase obrera. ¿pero hasta qué punto es cierto?¿es la clase media un marco específico de considerables remuneraciones? ¿es acaso su buen nivel adquisitivo lo que les define como clase? ¿por qué gozan de estas buenas condiciones? Aunque ya existían estratos medios previos a los años 50´, la explosión social y aumento del cuerpo de la “clase media” se da gracias a las ayudas que el estado da a las familias, la seguridad laboral conseguida por las grandes sindicales obreras, el aumento salarial, la participación de los trabajadores en los beneficios de la empresa, políticas fiscales redistributivas, imposiciones a las grandes fortunas, servicios públicos de gran calidad y cobertura, y un largo etcétera de conquistas y victorias de los trabajadores y trabajadoras de estos países. La existencia del bloque del este, como rival exterior, y sindicatos y grandes partidos comunistas con la posibilidad de acceder al poder del Estado (casos del PC francés, y de forma más clara, el Partido Comunista Italiano) como rival interno, darán paso a los principios fundamentales del estado del derecho como estado redistributivo. No es sorprendente que en la década de los 60´, en EE. UU., el 1% más rico del país poseyera el 9% de la riqueza nacional, mientras en la actualidad, el 1% tiene ahora el 23,5% del total (dato de 20183). Una pequeña muestra más de lo que el francés Thomas Piketty ya refleja en sus estudios sobre el aumento de la desigualdad a nivel mundial desde la década de los años 70 del pasado siglo, coincidiendo con la caída o pauperización del estado del bienestar y la fuerza de las organizaciones obreras.
En nuestro territorio, tras la crisis de 2008, el 39%4 de la clase media descendió a pociones de clase baja. Aunque personalmente creo que diferenciar las clases por alta, media o baja es una generalización poco productiva y que nos limita mucho el estudio científico de las clases sociales, me ha parecido interesante sacar a relación este dato. El hecho que de que este importante flujo de posiciones medias hacia bajas se dé tras la crisis es síntoma de una cosa: que no necesariamente han cambiado sus puestos de trabajo, o si lo han hecho, en la mayoría de casos no hacía trabajos de menor estatus social, sino que en última instancia lo que ha hecho de desciendan de clase es la capacidad que tienen ahora para acceder a los recursos y servicios que antes disfrutaban; es pocas palabras, trabajar más por menos recursos. No es solamente una restricción de su capacidad adquisitiva a través del salario directo -comprar X cosa o pagar por X servicio- sino, y en gran medida, por el recorte que han sufrido sobre sus salarios indirectos, esto es, los servicios que el Estado garantizaba en cuanto guarderías, escuelas, tasas universitarias, préstamos, subvenciones al consumo, calidad y cobertura sanitaria, etc. ¿no podría ser esto una explicación para que el 70% de los nórdicos se consideren de clase media por la buena infraestructura pública que se da en estos países? ¿no puede ser la caída del estado de bienestar lo que ha llevado a los británicos y europeos a considerar que han descendido de clases medias altas a clases medias y bajas? Es decir, que la caída de una clase hacia otra se debe a su menor capacidad para acceder a servicios que se podían mantener gracias a la actividad y la mano -plenamente visible- del Estado sobre el mercado. Una vez que el Estado del bienestar es relacionado con la crisis, la inflación y el bajo rendimiento de las fuerzas nacionales; una vez que la revolución conservadora de los años 70 y 80 dilapida las garantías y calidad de vida de la que gozaban estos estratos medios a costa del Estado, la posición social de muchos de estos ha comenzado a caer de forma abrupta.
Es decir, estructuralmente muchos de estos miembros que consideran haber descendido de clase tras la crisis no lo han hecho por pasar de propietarios a asalariados, por ejemplo, sino que, manteniéndose como asalariados, o bien sus salarios descendieron, pero también, las prestaciones del estado cayeron, privando a estos sujetos del proletariado de las ventajas que antes gozaban.
La conclusión de esta idea sería la siguiente: la clase media es más un concepto coyuntural que estructural, una abstracción, una generalización de un momento concreto del desarrollo capitalista (años 50-80 del siglo XX) .Sus condiciones materiales no representan realmente la posición que estos trabajadores y trabajadoras ocupan dentro del modelo social. Sobre unas bases económicas y culturales muy favorables para el desarrollo de la clase trabajadora, y en concreto, de estos estratos medios, se creó (y aún se resiste a caer en desuso) un hombre de paja que nunca existió como clase media, sino como posiciones medias, puestos medios, pero no como clase. Sus características se delimitaban a un periodo de tiempo concreto, y abarcaba a individualidades que estructuralmente no tenían nada que ver con esta posición media, desde un pequeñoburgués con su propio negocio, a una trabajadora cualificada en un puesto de mando dentro de la producción industrial. Lo único que los unía fue que el primero se aprovechó de las ventajas que el Estado tuvo que dar gracias al esfuerzo colectivo de la segunda.
Además, si bien la época dorada de la clase media fueron los años posteriores a la segunda guerra mundial, veremos como a partir de los años 70 el aumento de la oferta, gracias a la universalización de la educación, y el aumento de la demanda por la división del trabajo hacen que el rol diferenciador de la clase media frente a la obrera, se reduzcan drásticamente, así como la automatización de una parte considerable de los trabajos de cuello blanco (oficinistas, secretarios, empleados de banca, etc.) que sufren en mayor medida el avance tecnológico, han reducido sus distancias con la clase obrera tanto a nivel salarial como social.
Como decíamos al inicio del artículo, Homer Simpson ha crecido entre dos generaciones como icónica figura de clase media. Sin embargo, si contrastamos los puntos y argumentos aquí dados con su figura, ¿es realmente de clase media? O ¿es Homer Simpson un simple trabajador de clase obrera que ya no lleva el mono azul, que puede costearse una casa con jardín y un buen suministro de cervezas DUFF simplemente por la misma razón que la burguesía actual ya no lleva calzas ni se lanza en barco a la conquista de las Indias Orientales como sus antepasados del siglo XVII, ni llevan bombín ni poseen chimeneas de ladrillo en sus fábricas como sus parientes del siglo XIX? La clase es un marco de análisis e identificación del individuo respecto a la estructura social de producción de la vida material e inmaterial, pero no una etiqueta estática. Dentro de una clase el desarrollo y bienestar de sus individuos no tiene una relación de causalidad, es decir, ser de clase obrera no es ser pobre, es simplemente encontrarse en la parte de la producción y venta de la propia fuerza de trabajo.
La clase media, un saco abierto donde convergen distintas individualidades pero que no constituyen una clase como tal, sino distintos grupos medios, clases y estratos que se mueven en ese ambiguo marco, sin terminar de definirse ni estructural ni políticamente.