Los barrios populares de Madrid movilizados por la sanidad y la dignidad frente a un “confinamiento de clase”

Entrevista de Solidaire (Bélgica) a Quique Villalobos, Presidente de la FRAVM.

André Crespin
André Crespinhttp://solidaire.org
Asesor político del GUE/NGL - miembro del PTB/PVDA
Quique Villalobos, presidente de la FRAVM. (Foto DR)

Mientras que España se encuentra en una situación sanitaria muy inquietante, la región de Madrid, dirigida por la derecha conservadora ha decidido confinar 850 000 habitantes del sur de la ciudad, allí dónde se ubican los barrios populares. Se trata por tanto de un confinamiento que azota específicamente a los barrios de trabajadores y trabajadoras. Pero estos no se rinden fácilmente. Aquí tenemos la entrevista a Quique Villalobos, presidente de la FRAVM.

España es uno de los países europeos donde la situación sanitaria es más inquietante. El número de infectados vuelve a subir. Y es en Madrid, su capital, dónde la situación es más preocupante. Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la región madrileña (PP) ha justificado este reciente confinamiento selectivo declarando que es “el modo de vida de los inmigrantes” lo que favorece la propagación del virus. Un amplio y legítimo descontento popular se ha apoderado de estos barrios: contra las medidas discriminatorias y para reclamar más medios para la sanidad.

Aquí estamos confinados para todo, menos para ir a trabajar.

¿Qué opina sobre esta medida?

Quique Villalobos. La medida es absurda. Ayuso nos “autoriza” a ir a trabajar pero nos prohíbe salir de nuestras casas incluso para ir a dar una vuelta al parque con nuestros hijos. Hay muy poco trabajo en los barrios del sur de la ciudad que son ciudades dormitorio. Hay pocos habitantes que no deban hacinarse durante 45 minutos en los vagones de metro inundados para acudir a sus puestos de trabajo. Además muchos de los habitantes del sur ejercen profesiones que están sobreexpuestas al virus: camareros o cocineros en los restaurantes, personal de limpieza, enfermeros, conductores, etc. Es en el trabajo y en el metro donde el riesgo de infectarse es más elevado, no pasando una hora o dos por la tarde en el parque, al aire libre jugando con los niños o charlando con los amigos, desde luego.

“El descontento popular es realmente profundo. Los habitantes del Sur de Madrid han sufrido más que otros durante el período de confinamiento en primavera. Por un lado porque nuestros barrios albergan una gran parte de los trabajadores de los sectores esenciales que han seguido trabajando durante los picos de la epidemia, pero también porque numerosos habitantes, a menudo inmigrantes, trabajan en la economía sumergida” según Quique Villalobos, presidente de la FRAVM (Foto: Quique Villalobos)

La medida no ha tenido buena acogida…

Quique Villalobos. Es la profunda injusticia de esta medida lo que ha chocado y causado revuelo entre los habitantes de los barrios del Sur de Madrid. Ayuso critica nuestro “modo de vida”, pero son nuestras “condiciones de vida” las que nos exponen al virus. Vivimos en barrios densamente poblados, algunas veces próximos a vertederos o a depuradoras de agua. Francamente, nos habríamos sentido menos insultados si nos hubiera confinado completamente. Aquí estamos confinados para todo, menos para ir a trabajar.

¿Es nueva esta discriminación hacia las clases populares?

Quique Villalobos. El descontento popular es realmente profundo. Los habitantes del Sur de Madrid han sufrido más que otros durante el período de confinamiento en primavera. Por un lado porque nuestros barrios albergan una gran parte de los trabajadores de los sectores esenciales que han seguido trabajando durante los picos de la epidemia, pero también porque numerosos habitantes, a menudo inmigrantes, trabajan en la economía sumergida. Se han encontrado de la noche a la mañana sin curro y sin tener de qué alimentarse.

En aquel momento, los trabajadores del Sur de Madrid se sintieron completamente abandonados. Fue también en ese momento cuando se formaron en nuestros barrios las tristemente famosas “colas del hambre”. ¿Quién se ha movilizado para prestar asistencia a los trabajadores? El gobierno de Madrid, no. Ni la extrema derecha de VOX que intenta aprovecharse del legítimo descontento de los trabajadores. No, son las asociaciones de los barrios las que han organizado las recogidas de alimentos y de productos de primera necesidad. Éramos nosotros los que estábamos en primera línea. Por eso los habitantes se giran hoy naturalmente hacia nosotros para reaccionar ante las nuevas medidas de Ayuso.

¿Cuáles son las reivindicaciones de la gente en estos barrios?

Quique Villalobos. Lo que reprochan las personas trabajadoras nuevamente confinadas, más allá de la injusticia que supone la decisión de no confinarles más que a ellos y a ellas, es que la señora Ayuso no tome ninguna medida para frenar esta segunda oleada. No ha hecho nada y prefiere culpabilizar y castigar a los trabajadores del Sur de Madrid antes que asumir sus propias responsabilidades. Además, confinar solamente nuestros barrios no tiene ningún sentido. La circulación del virus está fuera de control en toda la región de Madrid. En nuestro “Manifiesto por la dignidad del Sur ante la segunda oleada” publicado la semana pasada, la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM) reclama una mayor capacidad de realización de tests y la instalación de “puntos covid” dedicados exclusivamente a los tests para evitar la saturación de los centros de salud que ya están suficientemente desbordados. Reclamamos también al gobierno de Ayuso que contrate más personal rastreador para asegurar el indispensable seguimiento de los contactos y personal adicional para la sanidad pública. Se encuentran en una situación de falta de personal crónica y están agotados. Pedimos también que se intensifiquen todas las prestaciones y ayudas sociales puesto que la necesidad aprieta.

La FRAVM pide que el gobierno regional contrate más personal rastreador para asegurar el indispensable seguimiento de los contactos y personal adicional para la sanidad pública. (Foto: Quique Villalobos)

Conviene señalar que la sanidad es una competencia regional en España. Tras la crisis financiera del 2008, que afectó gravemente a España, el gobierno de derechas que dirige la región de Madrid (PP) redujo ampliamente las inversiones en sanidad y en residencias para mayores. El sector privado tomó el relevo, con su exigente búsqueda del beneficio económico que excluye, de facto, a quienes no tienen muchos recursos económicos. La debilidad del sistema de salud le ha salido muy cara a los madrileños y a las madrileñas durante la primera oleada de la COVID-19.

Concretamente, ¿cómo se organizan las protestas frente a estas medidas?

Quique Villalobos. Frente a esta situación inaceptable, la FRAVM convocó a los habitantes de los barrios afectados (que ahora tienen prohibido salir de los límites del barrio en el que viven) a concentrarse el domingo 20 de septiembre, en la víspera de la entrada en vigor del confinamiento selectivo. No fue difícil que acudieran, teniendo en cuenta el alto grado de indignación de los trabajadores frente a las nuevas medidas de Ayuso. Algunas se juntaron previamente en los locales de nuestras asociaciones de vecinos para fabricar los carteles, otros se los fabricaron en sus propias casas con cartón: “Sanidad pública”, “Ayuso dimisión”, “no somos leprosos”, “menos banderas y más enfermeras”, se podía leer en las pancartas. Miles de personas se concentraron en muchos barrios para protestar contra esta medida injusta.

A pesar del confinamiento impuesto desde el lunes 21 de septiembre, hemos seguido movilizando, a través de nuestras múltiples asambleas por Zoom, de mensajes de Whatsapp, pero sobre todo de las redes sociales. Hemos convocado a las asociaciones vecinales a manifestarse ante los centros de salud de sus barrios. ¡Se hicieron 52 concentraciones! Al terminar una de ellas la policía reprimió violentamente a los manifestantes, algunos incluso fueron detenidos. Pero todas las demás se han desarrollado con tranquilidad. (NdlR: estas violencias han sido firmemente condenadas entre otros por Enrique Santiago, diputado de IU y secretario general del PCE)

¿Y ahora qué?

Quique Villalobos. Se va a seguir con las movilizaciones en los próximos días. Este domingo 27 de septiembre tuvieron lugar caceroladas en los balcones de las casas confinadas. Y para el domingo que viene, la FRAVM está coordinándose con las escuelas, con UNICEF y otras asociaciones activas con los niños, para llevar a cabo una acción de protesta contra la prohibición de ir a los parques.

El pulso entre los barrios populares y la presidenta de Madrid, Ayuso, está lejos de haberse acabado. Los trabajadores y las clases populares de Madrid han levantado la cabeza y exigen ser tratados dignamente y no como ciudadanos de segunda.
 

La FRAVM (Federación regional de asociaciones vecinales de Madrid) es la coordinadora de las 287 asociaciones vecinales de los barrios de Madrid. Representan entre 120.000 y 150.000 afiliados. “Es más que el número de socios del Real Madrid” declara orgulloso Quique Villalobos. Las asociaciones de los barrios populares son las más activas dado que es ahí donde son más necesarias. Nacidas al final de la dictadura de Franco, en los años 70, se centraron en las cuestiones de vivienda, de urbanismo y de derechos sociales. En los años 90, redactaron un “manifiesto de la dignidad” que ha quedado para los anales y que trataba sobre las chabolas de Madrid. Condujo a que los poderes públicos al fin se ocuparan de ello. Hoy, las asociaciones vecinales organizan actividades socio-culturales, deportivas pero también tratan las cuestiones LGTBI o ecologistas. “A diferencia de los partidos políticos tradicionales que agrupan generalmente un público más intelectual, las asociaciones de vecinos tocan un público mucho más heterogéneo, con una representación bastante más importante de la clase trabajadora”, atestigua Quique Villalobos.

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