El 14 de marzo el Consejo de Ministros decide decretar el Estado de Alarma y un confinamiento general en toda España. En los barrios trabajadores la incertidumbre es enorme, la población se pregunta que ocurrirá con sus sueldos si no pueden acudir a su puesto de trabajo y no tienen la posibilidad de teletrabajar, los trabajadores que vivían de realizar trabajos en la economía sumergida o que recibían su sueldo en negro ven peligrar su única fuente de sustento y además existe una gran preocupación por nuestros padres y abuelos, con una pandemia que se ceba con los más vulnerables de la sociedad y que tiene en las residencias de ancianos una alta tasa de mortalidad.
Con esta difícil situación sanitaria, el 15 de marzo nos levantamos de la cama con la noticia de que el rey Felipe VI figuró como beneficiario de una cuenta en Suiza en la que se encontraba toda la Familia Real. La indignación y la rabia de la ciudadanía, en un momento tan tenso, desata que se produzcan unas masivas caceroladas en los barrios obreros de toda la geografía española.
Parece que el apoyo popular a la monarquía se encuentra en horas bajas tras los innumerables escándalos de corrupción del rey emérito.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, repite insistentemente en sus comparecencias públicas que el virus no entiende de clases sociales y que nos afecta a todos por igual. Sin embargo, ¿es esta afirmación cierta? Lejos de la evidencia empírica de que todos somos humanos y por tanto podemos contraer el virus y transmitirlo, lo cierto es que su incidencia es mayor en barrios de clase trabajadora y en Residencias de Mayores, donde se encuentran muchos ancianos por no poder permitirse tener una atención domiciliaria permanente.
Esta situación se produce por igual en todas las provincias españolas, sin embargo, donde mejor se puede constatar es en la Comunidad de Madrid, que pese a ser la comunidad autónoma más rica de España es también a su vez la más desigual.
Es en los barrios de la capital donde mayores diferencias hay en torno al número de contagios, los barrios del sur y del este tienen una incidencia acumulada mucho mayor que los del norte.
Este hecho sucede sobre todo por la cohabitación de pocas personas en viviendas de tamaño reducido y por la gran movilidad de la población en sus desplazamientos al trabajo, ya que la mayoría lo hace en el sector servicios.
Si observamos los datos de metros cuadrados por vivienda, en el distrito de Puente de Vallecas entre un 50 y un 60% de la población vive en pisos de menos de 60 metros cuadrados, datos que se repiten de forma similar en Moratalaz, Villaverde, Carabanchel o San Blas. Destaca el caso de San Cristóbal de los Ángeles, donde más del 75% de la población vive en menos de 60 metros cuadrados, además es a su vez el barrio con el más alto índice de inmigración con un 32,21%.
Sin embargo, las abismales diferencias entre el norte y el sur madrileño no han nacido con la pandemia, sino que son fruto de años y años de segregación y desamparo institucional.
La Desigualdad por Barrios en Madrid: La M-30 como frontera de clase
Las desigualdades por barrios en Madrid, pueden observarse de forma muy clara siguiendo la circunvalación de la M-30, diferenciando entre los que se encuentran dentro de la Almendra Central y los que se encuentran fuera de ella.
En primer lugar, los cuatro distritos con mayor nivel de vulnerabilidad son Puente de Vallecas, Villaverde, Usera y Carabanchel, todos ellos al otro lado de la M-30. De la misma forma también son los que tienen menores rentas: 9545€ en Puente de Vallecas, 9756€ en Villaverde, 9395€ en Usera y 10872€ en Carabanchel. Estos datos contrastan con los datos de los barrios del norte: 25969€ en Chamartín, los 22152€ en Moncloa-Aravaca o 24433€ en el Barrio de Salamanca1.
La esperanza de vida también supone otro factor de desigualdad, mientras barrios del norte de Madrid como el Goloso tienen casi 89 años de esperanza de vida, en barrios del sur como Puente de Vallecas y Orcasitas, la tasa es de 80 y 81 años respectivamente. Además ningún barrio de fuera de la M-30 tiene más de 82 años de esperanza de vida.
En cuánto a la tasa de paro, los barrios de San Cristóbal (Villaverde) con 15,1% y de Entrevías (Vallecas) con 14,8% son los que mayor proporción de desempleados tienen. Mientras que los de menor tasa son El Viso y Valdemarín con un 3,5% y Recoletos con un 3,9%, ambos al norte de Madrid2.
A estos datos hay que sumarles las menores opciones de ocio y culturales (más allá de bares y casas de apuestas) y la desatención que sufren por parte de las instituciones, con mayor suciedad en las calles y un mal mantenimiento de parques y jardines por la falta de presupuesto.
Confinamiento de Clase
El 19 de septiembre Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, anuncia que a partir del lunes 21 de septiembre se confinarán 37 zonas básicas de salud que además tendrán un límite horario de apertura de los establecimientos de hostelería hasta las 23:00 y se una clausura de los parques y las zonas verdes.
Las medidas causan mucho malestar entre los vecinos de las zonas básicas afectadas puesto que se han confinado los barrios del sur y del este, los que menos renta tienen, y sin embargo, algunos barrios del norte con el mismo nivel o mayor de incidencia acumulada no lo han hecho. Dentro de la sociedad madrileña se comienza a hablar de un confinamiento de clase.
En los barrios se veían imágenes insólitas, con las calles vacías, los parques cerrados y las casas de apuestas abiertas. Mientras al otro lado de la M-30, la población de los barrios pudientes se divertía en la noche madrileña. Un claro ejemplo que refleja la situación fue un tweet de Carmen Lomana en el que decía que Madrid estaba como en sus mejores tiempos con calles y las terrazas llenas de gente. Claramente hablaba de su Madrid, del que no forman parte los barrios de la periferia.
Este discurso es similar al que se produjo el 18 de septiembre en una entrevista del programa Espejo Público a una vecina de la urbanización de la Moraleja (situada en el término municipal de Alcobendas) en la que se la preguntaba sobre la posibilidad de que confinaran el municipio de Alcobendas, a lo que respondió: <<Los de la Moraleja no nos mezclamos con los de Alcobendas que viven en pisos chicos, nosotros tenemos casas y jardines grandes, podemos salir a pasear libremente>>.
El día 15 de Septiembre, unos días antes de decidir el confinamiento de los barrios de la periferia madrileña, Isabel Díaz Ayuso dijo en una comparecencia en la Asamblea de Madrid: «Los contagios se están produciendo por la forma de vida que tiene nuestra inmigración en Madrid».
¿A qué se refería Isabel Díaz Ayuso con la forma de vida de los barrios del sur y del este de Madrid?
Lo más seguro es que se refiera a vivir con una precariedad laboral absoluta donde el 80% de los contratos son temporales y de ellos casi la mitad dura tan solo 6 días, donde tardamos más de una hora de transporte público en acudir a nuestro centro de estudios o de trabajo, o a las desigualdades y carencias educativas que sufre la juventud. El último ejemplo de ello es la situación que se vive en Parla Este, donde hay unos alumnos dando clase en edificios municipales porque no se ha terminado a tiempo el nuevo instituto en el que debían estudiar.Todo ello a pesar de las exigencias reiteradas del alcalde del municipio desde antes del verano, pero ya sabemos que al gobierno de la Comunidad de Madrid la educación de los adolescentes de la periferia no les causa preocupación.
Esta declaración recordaba a muchos a la que había realizado la diputada de Vox Rocío de Meer el 25 de Agosto en la que denominaba a los barrios de clase obrera «estercoleros multiculturales» donde se condena a vivir a los trabajadores españoles.
Es increíble cómo no solo nos condenan a la más absoluta precariedad sino que también quieren criminalizar a nuestros vecinos llegados de decenas de países para trabajar tanto o más que nosotros. A pesar de las grandes campañas mediáticas que realizan para fomentar un odio racial en los barrios, la mayoría de vecinos son conscientes de que pese a que nos diferencie algún aspecto cultural todos sufrimos por igual las deficiencias sociales, sanitarias o educativas y la misma precariedad laboral, por tanto lo que nos une es mucho más de lo que nos separa.
Siguiendo con las declaraciones públicas de los días anteriores al confinamiento de los barrios. El día 17 de Septiembre, se produjo una intervención magistral en el programa de Al Rojo Vivo de la Sexta, cuando una reportera pregunto a Flora, enfermera en el Centro de Salud Buenos Aires de Vallecas, sobre la mayor incidencia de contagios en el barrio, su intervención no dejó indiferente nadie y resumió en pocas palabras y de forma cristalina la situación: «¿Quién trabaja? La clase obrera ¿Quién se traslada? La clase obrera ¿Quiénes viven en 45 metros cuadrados seis, ocho o diez personas? La clase obrera»3.
El 29 de Septiembre, en el pleno del Ayuntamiento de Madrid, el concejal de Mas Madrid Félix López Rey realizaba una acalorada defensa de los barrios del sur y del este de Madrid e indicaba que en ellos vive el 44% de los madrileños (prácticamente millón y medio de personas) y que poseen un 25% menos de renta que el resto de Madrid.
En su intervención proclamaba:<<Somos el Madrid que trabaja, el Madrid que madruga, el Madrid que va en el metro como sardinas en lata>>.Además se quejaba de la dejadez de limpieza y mantenimiento de los barrios y finalizaba su turno de palabra dirigiéndose al alcalde José Luis Martínez-Almeida: «Le demando que usted esté al servicio de todos los madrileños y no de una parte de ellos»4.
La Diferencia entre manifestarse en Vallecas y en el barrio de Salamanca
El 24 de Septiembre, varios centenares de vecinos se concentran frente a la Asamblea de Madrid para protestar contra el confinamiento selectivo decretado por Isabel Díaz Ayuso y pedir un aumento de personal sanitario en los centros de salud.
El desarrollo de la protesta es pacífico y en ningún momento existe ninguna provocación ni altercado por parte de los manifestantes, sin embargo los antidisturbios comienzan una carga que acabará con varios heridos y dos detenidos.
Durante la carga se producen escenas bochornosas de la actuación de la UIP con porrazos en la cabeza, un policía propinándole un cabezazo con el casco puesto a un detenido que ya se encontraba esposado y la detención de otro joven tirándole al suelo entre varios policías y poniéndole la rodilla en la cabeza, en una imagen que recordaba a la de la muerte de George Floyd en Estados Unidos.
Las imágenes y videos de las cargas pronto nos recuerdan por su antagonismo a la actuación policial que se produjo cuando el 14 de Mayo varios centenares de vecinos del barrio de Salamanca se saltaron el confinamiento y protestaron en la calle Nuñez de Balboa y aledañas.Aquella vez la policía no solo no disolvió la concentración sino que incluso jaleo a los manifestantes, poniendo las luces de sus furgones al pasar por la calle.
Parece que el derecho de manifestación recogido en el artículo 21 de nuestra Constitución, solo se aplica en función de la renta que poseas y del barrio en el que vivas. Por ello un ciudadano del barrio de Salamanca puede golpear una farola con un palo de golf pero un obrero de Vallecas no puede dar palmadas a favor de la sanidad pública.
Vallecas siempre ha sido un barrio combativo y con una conciencia de clase que ha perdurado en el tiempo por lo que su respuesta no se hizo esperar, tan solo 24 horas después miles de personas recorrían el barrio en una manifestación unánime que acababa nuevamente frente a la Asamblea. Una vez más los vallecanos debían demostrar la realidad y vitalidad de aquel verso de la canción de Patxi Andión: No es fiera Vallecas para domar.
Unos días después el delegado del gobierno en Madrid, José Manuel Franco, justificaba las cargas aludiendo a la existencia de un pequeño grupo violento dentro de la manifestación y al lanzamiento de adoquines a los agentes de policía desplegados. Resulta curioso que ninguna de las cámaras de los medios de comunicación presentes captará esas imágenes y que en la manifestación celebrada al día siguiente, sin presencia policial, no hubiera ningún tipo de incidente.
La ecuación parece sencilla: sin dispositivo policial no hay altercados.
La respuesta de los barrios a la Pandemia: Solidaridad y Responsabilidad
Tras decretarse el confinamiento general y durante los meses más duros de la pandemia, en los barrios comenzaron a aparecer iniciativas solidarias de vecinos que se encargaban de hacer la compra a los más mayores, bancos solidarios de Alimentos como Somos Tribu Vk o la Despensa Solidaria de Alcorcón y concentraciones de apoyo al personal sanitario de los hospitales y centros de salud.
En los centros sanitarios y Residencias de Ancianos el personal médico y de limpieza, realizaban jornadas extenuantes con un nivel de responsabilidad y sacrificio digno de elogio. Además parecía que se comenzaba a valorar la importancia de trabajos que hasta entonces habían permanecido invisibilizados: personal de logística, supermercados y limpieza.
La respuesta del pueblo a esta crisis trae al recuerdo los versos de Antonio Machado: <<En España lo mejor es el pueblo. Siempre ha sido lo mismo, en los trances duros los señoritos invocan a la patria y la venden; el pueblo no la nombre si quiere pero la compra con su sangre>>.
Mientras en los barrios obreros se cumplían las medidas de confinamiento en una situación de extrema dificultad económica y social, tuvimos que asistir atónitos a manifestaciones de vecinos del Barrio de Salamanca saltándose el Estado de Alarma y con imágenes sorprendentes como la de un manifestante golpeando una farola con un palo de Golf.
En un contexto de crisis, donde la mayoría de la población vivía con la incertidumbre de si podrá seguir pagando el alquiler y llenar la nevera, la minoría privilegiada del barrio más señorial de Madrid se lamentaba por no poder ir a jugar al golf o a su segunda residencia de la playa. Parece que las consecuencias de la pandemia, contradiciendo la opinión de Pedro Sánchez, si entienden de clases y son diferentes según tu código postal.
Como conclusión, con la pandemia del Covid 19 se han agudizado las diferencias de clase que ya existían en la sociedad madrileña y que han sido fomentadas por veinticinco años de gobiernos neoliberales que han agrandado la brecha. Puesto que por mucho que nos intenten engañar con el discurso liberal de la meritocracia y las famosas frases de coaching motivacional de « si quieres puedes » la clase social existe y nacer en un barrio o en otro condiciona nuestro futuro laboral, nuestra salud, nuestra esperanza de vida, nuestro nivel formativo e incluso nuestros sueños y e ilusiones.
Notas
- Atlas de Distribución de Renta de los Hogares (ADRH) del Instituto Nacional de Estadística, 2016.
- Ranking de Vulnerabilidad del Ayuntamiento de Madrid elaborado en colaboración con la Universidad Carlos III, 2018.
- La denuncia de Flora, enfermera en Vallecas: «¿Quién no teletrabaja?, ¿quiénes viven seis en 45 metros cuadrados? La clase obrera»
- Félix López Rey dignidad de los barrios del sur y del este.