Vamos a la huelga o hacia atrás

Hace poco hablábamos en La Mayoría acerca de la fragilidad de las negociaciones del convenio colectivo del sector del Contact Center. Las propuestas e inmovilidad de la patronal CEX han acabado por romper las negociaciones, haciendo que CCOO y UGT convoquen una huelga de 24h el próximo 13 de mayo.

A. Valverde
A. Valverde
Trabajador del sector telecomunicaciones y sindicalista en CCOO. Historiador y politólogo por la URJC.

Para los economistas liberales, las crisis económicas que se dan en las economías mixtas (de mercado, y con cierta intervención estatal) se deben a las injerencias de terceros a la hora de regular las interacciones entre oferentes y demandantes en el mercado. De este modo, una injerencia clara en el mercado sería el gobierno poniendo topes a los precios de las mascarillas, pero los sindicatos y su papel representativo también son una injerencia, porque hacen que los intereses de los trabajadores sean tenidos en cuenta a la hora de plantear unas condiciones laborales que de otra manera, serían (y lo son, en aquellas empresas donde no hay representación sindical) impuestas sin derecho a queja.

Para la patronal del contact center, los sindicatos son una injerencia también. Por eso, ha tenido que mediar la inspección de trabajo para que los sindicatos puedan tener cifras sobre la temporalidad en el sector. Por eso, el tira y afloja para la negociación del VII Convenio Colectivo del sector se lleva alargando tres años. Por eso, la patronal rechaza negociar y se levanta de la mesa de negociaciones, con unas condiciones laborales que en vez de mejorar, proponen un empeoramiento de las condiciones de los trabajadores… y así podríamos seguir con una larguísima lista de agravios.  

Entonces, si los sindicatos son una injerencia, ¿Cómo sería la empresa de contact center ideal para la patronal? Pues aquella en la que los gastos sean lo mas reducidos posibles: la empresa que genera ingresos con los menores costos posibles, es la empresa que sobrevive en el mercado. Esto implica reducir costes por todos lados, y los trabajadores somos los primeros en esa cola.

Recortando en teletrabajo

El teletrabajo es el primer ámbito en el que están dispuestos a abaratar costes. Según CCOO, “ya no es sólo que ofrezcan menos dinero que antes para la compensación de gastos (con la luz y el gas en máximos históricos), sino que sólo aceptan regularlos siempre que les permitamos cerrar centros de trabajo para ahorrar costes”. Es decir, que una realidad como el teletrabajo, pensada para favorecer la conciliación entre vida personal y trabajo, ahora es usada por la patronal como una estrategia para pasar parte de sus costes fijos de producción (como la luz o la calefacción en sus centros de trabajo) a los trabajadores.

Además, esto implica un riesgo enorme en materia de prevención de riesgos laborales, porque no se puede garantizar un estándar en las condiciones ambientales de trabajo en temas tan importantes como la iluminación, fisionomía de los puestos, riesgos psicosociales… Asimismo, el teletrabajo siempre puede ser revocable por parte de la empresa, lo que supone que en caso de tener que volver a la presencialidad, tendríamos que hacerlo en otro centro de trabajo de la empresa, que se encuentre, por ejemplo, en otra provincia.

Estabilidad y temporalidad

Estabilidad laboral y contact center han sido dos conceptos que suelen verse poco dados de la mano. Ya hemos hablado de la estrategia del “dumping social” y de como las empresas se valen de ella para abaratar costes de mano de obra, y la temporalidad de los contratos de trabajo son el engranaje principal de toda esta maquinaria. La patronal tampoco quiere ponerle fin a este problema, a pesar de que la última reforma laboral ataca de frente el problema de la temporalidad.

Sin embargo, la duración de los contratos (que sean temporales o indefinidos) pasa a un segundo plano cuando la patronal se niega a reconocer la subrogación de los trabajadores entre campañas. Es decir, que si una empresa de contact center pierde a un cliente de sus servicios, la patronal quiere que los trabajadores que trabajaban con ese cliente sean incluidos en un ERE; a pesar de que la propia empresa continúe prestando servicios similares o idénticos a otros clientes.  Así, con el cierre y apertura de una campaña, se mantiene la rotación de la plantilla que permite tener a los trabajadores constantemente al borde del despido.

Sueldos

En casa siempre se nos ha dicho que “con las cosas de comer, no se juega”. Pues bien, parece que la patronal en este caso tiene ganas de jugar con los trabajadores, porque la propuesta de actualización salarial es irrisoria. Por poner un ejemplo, para este año 2022 proponen una subida salarial del 2.5%, cuando el IPC interanual anda por el 7.5%, es decir, que la patronal propone que nuestro sueldo valga cada vez menos y que además, nos contentemos con ello.

En un sector altamente feminizado, en el que las jornadas laborales suelen ser parciales para conciliar el trabajo doméstico con el trabajo en el contact center, proponer un empobrecimiento en estos términos, supone poner en riesgo la estabilidad e independencia económica de muchas mujeres.

¡… pues a la huelga!

Con todo esto, solo cabria esperar la ruptura de las negociaciones, porque aceptar estas condiciones que plantea la patronal es impensable para cualquier sindicato. Como señalan desde CCOO, “la realidad requiere de una actualización no sólo de nuestras condiciones de trabajo, sino de un modelo de negocio que no se puede seguir sosteniendo en la oferta de mano de obra barata”. Cuando la patronal no asume nada y bloquea cualquier intento de negociación, es porque esa vía comienza a dejar de ser útil. Y si la patronal no quiere sentarse a negociar, habrá que arrastrar a la patronal hasta la mesa de negociación a través de los mismos medios que lleva usando el movimiento obrero desde que es tal: la movilización dentro y fuera de los centros de trabajo.  Y no lo vamos a lograr de otra manera, porque los sindicatos llevan ya cerca de dos años intentando hacerlo a través del dialogo, y siempre se han encontrado con la misma respuesta.

Así, depende sólo de nosotros mejorar nuestras condiciones laborales. Si logramos que la patronal no solo se siente en una mesa de negociación, sino que lo haga con toda la presión que como trabajadores podemos llegar a poner sobre ellos a través de la movilización; el resultado de esta negociación puede suponer un punto de inflexión histórico para el sector del contact center, desde el que comencemos a construir un marco de relaciones laborales en el que los trabajadores no seamos quienes perdamos siempre. Y esto pasa por reforzar los sindicatos y su labor, que son la principal expresión de nuestra fuerza como trabajadores dentro y fuera de la empresa.

Por eso vamos a la huelga este 13 de mayo, y nos veremos obligados a perder un día de empleo y sueldo, porque preferimos perder ese día, a perder de nuevo otros cuatro años con un convenio laboral que nos haga perder derechos, nos haga cada vez más pobres, y nos obligue a estar a merced del empresario para conservar nuestro puesto de trabajo. Ahora, lo tenemos todo por hacer.

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